Si intentan ofenderte,
no reacciones.
Si te provocan o hablan mal de ti,
ignóralos completamente.
Al mantenerte calmado
le quitas el poder a las personas y conservas tu paz.
No importarte y mantenerte indiferente
afectas más a la persona que te provoca
que cualquier reacción explosiva de ira que puedas imaginar.
Recuerda que una provocación solo funciona
si logran hacerte reaccionar emocionalmente.
Es como si buscaran una recompensa rápida,
una especie de dopamina barata,
y tú no tienes porqué darles ese placer.
Es una de las habilidades más valiosas,
el no dejar que las acciones de los demás
te causen dolor.
Porque cuando reaccionas a la provocación de alguien,
le estás dando el poder sobre tus emociones.
No les des ese poder,
sigue el camino del desapego saludable.
Una regla simple para la vida:
"No me importa".
Irene Albacete.
Imagen de depositphotos.com
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"Trauma Emocional". Por Lucas Casanova.
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