Tantas veces pensamos ...
-Si soy espiritual no me puedo enojar.-No puedo ser vulnerable.
-No puedo estar triste.
-Tengo que tener fe y confianza.
-Tengo que estar positivo.
La positividad todo el tiempo es la mayor falacia que han vendido a los espirituales algunos que quieren enseñarla. No eres más espiritual por ser positivo o no enojarte nunca, ese estado casi nadie lo logra todo el tiempo.
Si el momento lo requiere:
- Anda a tus infiernos.
- Mira frente a frente a tus demonios (emociones dolorosas e incontrolables que nublan la mente, dañan tu vida y a quienes te rodean).
-Dejarlos vivir y ser, es una memoria activa de algún hecho de tu historia (o de tus antepasados).
- Permite a tu sombra manifestarse, sin que dañe a otros en esa manifestación, y sin que te dañe a tí al dejarla dentro.
- Anda al encuentro de tus miedos, reconócelos como tal (sólo están en la mente) y atraviesalos con toda la fuerza de tu consciencia alerta y presente.
-Encuéntrate con tu dolor y déjalo exteriorizarse para drenarlo de tu sistema: llora, grita, y/o aporrea almohadas...
Encuéntrate con tus lados vulnerables:
-Tu cansancio.
-Tu apatía.
-Tu desgano.
-Tus frustraciones e impotencias, entiende de dónde vienen, qué hay en mi que las mantiene vivas y haz el trabajo de trascenderlas.
¿Quieres aumentar tu luz?
-Primero ve a conocer tu sombra hasta que puedas hacer las paces con todo lo que eres.
A veces un rato ángel, un rato demonio.
Un rato luz y un rato sombras.
Somos todo eso.