- La adolescente Yeonmi Park cuenta cómo fue su infancia
- bajo la dictadura de los Kim y su sufrida huida de su país.
Nunca pudo reprimir las lágrimas. Había demasiado dolor en el interior de la joven Yeonmi Park. Y nervios, amargura, desolación y recuerdos que la van a perseguir durante toda su vida. Iba a contar su historia, una historia que durante años no pudo contar a nadie. Porque, como ella misma dice, Corea del Norte "es un país inimaginable, donde sólo hay un canal de televisión, donde no hay internet, donde no somos libres para cantar, decir, vestir o pensar". "Corea del Norte es el único país en el mundo donde ejecutan gente por hacer llamadas internacionales no autorizadas. Los norcoreanos están siendo aterrorizados hoy en día". Un testimonio desgarrador que se pone de actualidad tras el revuelo que ha despertado el programa En Tierra Hostil.
El mensaje de Yeonmi no es nuevo. Ella intervino en la Cumbre Mundial Joven de 2014, un evento celebrado en Dublín (Irlanda) a finales del pasado mes de octubre en el que participaron 1.300 jóvenes procedentes de 194 países que debatieron y trataron de encontrar soluciones a los problemas más apremiantes del mundo.
"Nací en 1993 y fui abducida desde ese día, antes incluso de que aprendiera el significado de palabras como libertad y derechos humanos. Los norcoreanos están desesperados buscando y muriendo por la libertad en este momento", explicó la joven ante un público atónito, conmovido por un testimonio que pone un poco de luz sobre lo que pasa en una región en la que prácticamente nadie entra.
"Cuando crecía nunca vi nada sobre historias de amor entre hombres y mujeres. Ni libros, ni canciones, ni prensa, ni películas sobre historias de amor. Nada sobre Romeo y Julieta. Cada historia era propaganda para promover a los dictadores Kim. Con 9 años vi como ejecutaban públicamente a una amiga de mi madre. Su crimen fue ver una película de Hollywood", explicó la activista, que actualmente vive en Corea del Sur.
Yeonmi Park estaba avisada desde hacia tiempo. En Corea del Norte no había lugar para la libertad, incluso para la élite del país, de la que formaba parte su familia. "Con 4 años, mi madre me aviso de que no debía ni susurrar. Incluso los pájaros podían estar escuchando. Lo admito. Entonces creía que el dictador podía llegar a leer mi mente", apuntó.
Su padre murió en China, justo después de que la familia escapara de Corea del Norte. "Lo tuve que enterrar con mis propias manos, a las tres de la madrugada, en secreto. No podía ni llorar. Tenía miedo de que me devolvieran a Corea", afirmó.
Esa traumática experiencia no era la primera que vivía la jóven. "El día que escapé vi como violaban a mi madre. El violador era un agente de bolsa chino. Su objetivo era yo, que tenía 13 años. Hay un dicho en Corea del Norte: 'Las mujeres son débiles, pero las madres son fuertes'. Mi madre dejó que la violaran para poder protegerme", aseguró Yeonmi Park, que ha aparecido varias veces en la televisión surcoreana.
"Atravesamos el desierto del Gobi siguiendo una brújula. Y cuando se estropeó, seguimos a las estrellas hasta la libertad. Sentía como si solo las estrellas estuvieran con nosotros. Mongolia fue nuestra libertad. Armados con cuchillos estábamos preparados para suicidarnos si nos mandaban de vuelta a Corea del Norte. Queríamos vivir como humanos", desveló la chica con amargura mientras el auditorio estallaba en una sonora ovación.
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