Kurt Schmidt: Que ser humilde y aprender es un deber. Usamos demasiado el raciocinio para manejar nuestra vida y no optimizamos nuestra capacidad creativa. Aprendí que el dinero no nos hace felices. Veo a la gente triste.
Igual es su mirada.
Creo que es la exigencia, la demanda de eficacia y la pérdida del placer de ser un eterno aprendiz. Muchos dejan de aprender a los 20 años y se enfadan con la realidad cuando no corresponde a sus sueños.
¿Nada peor que la rutina?
La gente se muere en la rutina, toda una vida haciendo lo mismo.
¿Usted ha tenido muchas vidas?
Sí, a los 20 años dejé Alemania y me fui a Estados Unidos, donde acabé de formarme como creativo. Tenía una vida: un buen trabajo, una casa y una novia japonesa, pero tras ocho años decidí volver a Europa…Ahora quiero dar la vuelta al mundo en un pequeño avión. No importa si lo consigo o no, la planificación es parte de la realización.
¿No sabe vivir sin desafíos?
No. Mucha gente usa la racionalidad como motor de la vida, pero el motor es la fantasía. En cualquier profesión has de trabajar como un burro, pero tener horas libres para volar como un pegaso y poder verlo todo desde arriba, las nuevas posibilidades.
¿Qué más?
Tienes que ser tacaño con tu tiempo libre, no pasar horas delante del televisor, escoger con quién te relacionas y alimentar nuevos intereses. Has de ampliar tu vida con cosas emocionantes y no conformarte con la rutina. Y ser capaz, cuando lo sientes, de empezar de nuevo.
Apunta alto.
Debemos aprovechar bien nuestro tiempo porque es muy limitado, y dar valor a lo que hacemos. No creo que haya que cambiar por cambiar, pero hacer lo mismo cuarenta años me parece un error.
¿Qué es para usted la felicidad?
Convertir la rutina de la vida en un espectáculo de fuegos de artificio sin límites. Tú eres responsable de tu felicidad, de tu cuerpo y de tu alma.
Breve extracto de una entrevista con Kurt Schmidt
que imparte charlas sobre creatividad.
Fuente La Vanguardia.
Imagen: Dare Turnsek