El síndrome de la madre ausente consiste en percibir a nuestra madre como negativa, fría, distante e inaccesible.Muchos de nuestros conflictos o dificultades tienen que ver con como es la relación con nuestra madre. La madre a nivel psicológico representa lo femenino, el sustento, la nutrición y el amor incondicional. Aunque todos tenemos un concepto de como es una madre ideal, lo cierto es que existen distintos tipos de madres, algunas mas cálidas y otras mas frías y distantes que pueden distar mucho del modelo amoroso ideal. Si percibimos a nuestra madre como fría o inaccesible, en definitiva, si no tenemos un concepto positivo nos fallará un pilar fundamental en nuestra vida, en el sentido de que nos faltará un modelo o referente correcto o adecuado para aprender a manifestar el amor incondicional hacia nosotros mismos, y cuando falla este pilar todo lo demás se tambalea. En definitiva, nuestra relación con la madre está estrechamente vinculada al amor que nos procesamos a nosotros mismos. Algunos conflictos derivados de la relación con nuestra madre son: - Problemas con la alimentación. - Incapacidad para disfrutar de los pequeños placeres. - Conductas arriesgadas, poco saludables y falta de cuidado. - Falta de autoestima y autorrechazo. - Falta de automotivación. - Dependencia afectiva. - Problemas relacionados con la sexualidad.
Activando tu madre amorosa
El pasado no se puede cambiar pero si se puede ordenar y reetructurar. Cuando el pasado se alumbra y se ordena, el pasado cambia y tu presente también.
De adultos e independientemente de la edad que tengamos seguimos arrastrando un concepto infantil de lo que nuestra madre física significa para nosotros. Y es precisamente de adultos cuando tenemos la responsabilidad de cambiar este concepto con el fin de amarnos y respetarnos independientemente de cuales hayan sido nuestras vivencias con nuestros progenitores, en este caso con la madre.
Las madres en su papel lo hacen lo mejor que saben o pueden, en este sentido ninguna es perfecta y además ellas arrastran sus propios condicionamientos provenientes de generaciones anteriores; por este motivo, si quisiéramos ir hasta la raíz nunca llegaríamos, por eso el cambio de enfoque reside en ti.
La parte está en todo y todo está en la parte.
Cuando tú sanas conductas y empiezas a amarte, estás sanando el todo porque dejas de arrastrar las malas hierbas provenientes de generaciones anteriores.
Reconciliarte con tu madre es reconciliarte con lo femenino en ti y eso significa buscar tu sustento material y sobre todo amoroso y afectivo. En la medida en que te reconcilias con los aspectos relacionados con la mamá interna, sanas la madre en ti y por supuesto mejoras la relación con tu madre física.
Trabajar con tu madre interna es acceder al inmenso manantial de amor y respeto por ti mismo.
Si te sientes identificado con este post,
puedes comentarme tus vivencias o emociones al respecto.
Virginia de la Iglesia.
Imagen de etapainfantil.com