martes, 10 de noviembre de 2015

"El Otro Yo, Nuestro Doble Cuántico".


Desde Einstein sabemos que el tiempo tal y cual nosotros lo concebimos no existe. 
Según la teoría del físico francés Jean Pierre Garnier Malet, 
especializado en mecánica de fluidos,  todo en el universo es doble,
 desde los planetas hasta los granos de arroz. 

Su famosa teoría del desdoblamiento de las fases del tiempo, dice que los seres humanos, como seres multidimensionales, tenemos también nuestro doble, mientras nosotros existimos en tiempo real, él lo hace en el cuántico, en estado ondulatorio, que es el estado de nuestro  cuerpo energético. A pesar de vivir en otro tiempo y espacio, hay ranuras temporales donde podemos conectar con ese otro yo que se mueve a velocidades superiores a la luz. Con nuestro pensamiento, generalmente orientado hacia el mañana, tendiente a planificar y proyectar, vamos creando diferentes posibilidades de futuro (futuros probables). Durante algunos instantes entre instantes (millonésimas de segundo)  nuestro estado corporal contacta o pasa al estado ondulatorio y vivimos en el cuántico sin enterarnos. Podemos intercambiar información con el doble mientras dormimos y estamos en la fase REM o sueño paradoxal, que es cuando nuestra actividad cerebral es más intensa. No sólo podemos contactar con él, sino pedirle que colabore para sanar nuestros pensamientos y emociones y para que los problemas de nuestra vida se resuelvan.
 
Para que esta comunicación se lleve a cabo, hace falta una serie de condiciones:

1 Ir a dormir en calma, ese otro yo existe en una frecuencia elevada. No habrá comunicación si no estamos en el estado adecuado, sino que por el contrario podríamos captar lo que el físico llama informaciones parasitarias, que provocarían el efecto opuesto al deseado.
 
2 Estar hidratados, ya que la información pasa a través de los líquidos de nuestras células. Por lo cual es conveniente beber un vaso de agua antes de dormirnos.
 
3 Hacer un ejercicio de introspección (el  examen de consciencia, de toda la vida) y si caemos en la cuenta de que hemos estado pensando mal, pedir que se cambien nuestros patrones de pensamiento negativo. Pensar bien de nosotros mismos y de los demás
 
4 Alcanzar un estado de benevolencia y total confianza antes de hablar a nuestro doble y exponer con detalle lo que necesitamos resolver, el pedido debe ser sólo para temas propios, recuerda que estás hablando contigo mismo. Pedir la solución que deseamos u otra posibilidad que sea la adecuada para nosotros y armoniosa para el mundo. Esto se hará justo en el momento antes de dormirnos, en la frecuencia de ondas alfa. Luego nos entregaremos al sueño con tranquilidad.
 
5 Al día siguiente debemos estar atentos a los mensajes intuitivos y a las sincronías o pequeños milagros que surjan en nuestra vida cotidiana.
 
Garnier dice que buscando y reencontrando el contacto con nuestro doble podremos equilibrarnos y hallar el sentido de nuestra vida terrestre. Y explica que por una equivalencia entre el tiempo del yo ondulatorio y el nuestro, hay un período que puede alcanzar hasta 40 días para  que se resuelvan los temas que dejamos en manos del doble. Dentro de ese lapso de tiempo él explorará lentamente esos futuros probables que nuestra mente ha proyectado y adoptará la opción más conveniente, creando así nuestra realidad presente. Depende de la complejidad del pedido, esto también podría resolverse en unos pocos días, tres, por ejemplo.
 
He hecho la prueba, he analizado impulsos intuitivos del pasado, deja vu, sueños premonitorios que hasta hoy me habían intrigado por el misterio que encerraban, y creo fervientemente en la teoría de Garnier Malet.
Es innegable que la ciencia se enamora cada vez más de la espiritualidad.
 

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