La infelicidad necesita un «yo» fabricado por la mente,
con una historia, una identidad conceptual.
Necesita tiempo, pasado y futuro.
Cuando retiras el tiempo de tu infelicidad, ¿qué queda?
Únicamente este momento tal como es.
Puede ser una sensación de pesadez, agitación, tirantez, enfado e incluso náusea.
Eso no es infelicidad, y no es un problema personal.
No hay nada personal en el dolor físico humano.
Simplemente es una intensa presión o una intensa energía
que sientes en alguna parte del cuerpo.
Al prestarle atención,
la sensación no se convierte en pensamiento,
y ese modo no reactiva el «yo» infeliz.
Observa qué ocurre cuando dejas que la sensación sea.
Eckhart Tolle.