Le pedí fuerza para poder seguir hacia delante.
Y el susurro de su profunda voz me respondió:
No te la puedo dar, la fuerza solo está en ti.
Le dejé mil ofrendas para que me indicara el camino.
Y el susurro de su profunda voz me exclamó:
No me ofrendes nada, el camino solo está en ti.
Para honrarlo le cante todos los mantras y canciones.
Y el susurro de su misteriosa voz me murmuró:
No me cantes nada, mejor escucha el canto que te estoy cantando a ti.
Me fundí en su bendita presencia.
Y desde entonces él canta a través de mi.
- Arnau de Tera -