El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi. El resultado, una cerámica reparada más resistente que la original. Así, en lugar de desechar el objeto estropeado, o bien esforzarse en ocultar los defectos y grietas, éstos se acentúan y destacan. Incluso, se celebran, ya que tras la precisa intervención de los artesanos, se convierten en verdaderas piezas preciosas debido al mayor atractivo estético.
Este arte de reparar con resina de oro, platino o plata es parte de una filosofía que plantea que el objeto restaurado es más bello por haber estado roto. Se trata de un objeto con historia, con pasado y que ha adquirido, tras la intervención, un valor adicional, quizá mayor al original.
¿Podrá este arte milenario de minuciosos artesanos, otorgarnos pistas sobre nuestras propias fracturas; sobre nuestros procesos para restablecernos tras quiebres, traumas, rupturas y separaciones?
¿Es posible que podamos observar nuestras propias fragilidades y las posibilidades de re-integrarnos, y como consecuencia, encontrar la belleza como experiencia de paz y amor?
Si bien el ejemplo puede parecer algo forzado, no es menos cierto que también sentimos que nos fracturamos con una separación, una muerte de alguien que amamos, u otro tipo de pérdida que experimentamos en nuestra vida, (ejemplos hay de sobra, todos tenemos más de alguno que anotar). Pero también la mayoría de las veces, queremos volver a levantarnos, restaurarnos, integrar el aprendizaje, ser resilientes al cambio constante. Este es también un proceso de transformación, y en muchos aspectos, similar al de las delicadas piezas de cerámicas japonesas restauradas con metales nobles.
Aunque esto pueda desalentar a cualquiera: en ningún caso se trata de un proceso automático, como tampoco debe haberlo sido para los antiguos artesanos japoneses del siglo XV, a la hora de restaurar las cerámicas destrozadas enviadas a reparar expresamente por algún Shogun de la época .
Cualquier proceso requiere de tomar conciencia del nuevo estado, de la vulnerabilidad en que nos encontramos, de otorgar tiempo y dedicación, de paciencia y destreza, de voluntad y propósito ...Y tal como el Kintsukuroi (reparación con oro) también, de disponer de todo lo necesario, de los mejores materiales para un trabajo de excelencia. En nuestro caso, con el oro del amor, con la fuerza del perdón y de la confianza en nosotros y en la vida. El resultado, así, no debiera ser menor a la belleza.
Para más información sobre terapias con este enfoque:
Alma Costa del Río Moreno
Terapia Alas para el alma
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Terapia Energética
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Fuente: www.bio-integral.cl
Sobre Alma en Mujeres de la Madre Tierra.