Experimentar la vida integrando el aspecto espiritual y material requiere toda una maestría y por lo general suponemos, que mientras más avanzamos en el mundo espiritual, más fácil se hará la vida en el aspecto material ¡nada más lejos de la verdad! Lograr un equilibrio perfecto puede mantenernos sumamente entretenidos en nuestra experiencia de vida.
Recuerdo hace algunos años, cuando estudiaba Flores de Bach y en pleno curso, después de escuchar la descripción de cada una de las flores yo pensaba internamente ¡las necesito todas! y no era broma ¡era verdad!. Que fácil era ver ese gran listado de patrones negativos que regían mi vida, que fácil era ver los errores y los condicionamientos que SIEMPRE me habían limitado y no solo eso, yo pensaba que “eso” era MI PERSONALIDAD. Por supuesto era una falsa personalidad, una falsa identidad, tenía todavía mucho que conocer de mí.
Hoy en día es diferente, esas múltiples capas ya no están, mucho he logrado liberar, trascender y avanzar, sin embargo, después de liberar capas y capas, por fin llego al centro y eso, tiene su complejidad. Las limitaciones ya no salen tan a la luz, los patrones negativos no se identifican tan fácilmente y la línea que divide lo “bueno” de lo “malo” es casi imperceptible y ¡tiene su lógica!. Cuando vivimos totalmente recargados en una polaridad, es fácil ver, se hace totalmente evidente saber el lado que habitamos ¿somos alegres o tristes? ¿amamos u odiamos? ¿vivimos para complacer a otros o pretendemos que el mundo viva para complacernos? ¿somos inseguros o seguros de nosotros mismos? ¡es sencillo! Pero cuando vamos dejando los extremos y nos situamos en el punto medio ¡las cosas ya no son tan claras! Ya no es “blanco o negro” ahora hay tantos matices de grises que podemos perdernos fácilmente. La línea que divide tu espacio del mío puede ser tan imperceptible que de esta confusión, pueden derivarse innumerables conflictos, pero esto es parte del camino espiritual, pulir, perfeccionarse, lograr llegar justo al centro, liberando confusiones, con la certeza de nuestros caminos y nuestras elecciones. Finalmente, aunque nuestros conflictos tengan relación con personas ó circunstancias, en el fondo, son solo proyecciones.
Muchas veces, solo se trata de LA ELECCIÓN de la POLARIDAD que decidimos habitar.
La elección no está propiamente afuera (aunque ahí se proyecta)
la elección real reside adentro… así que
¡seguimos aprendiendo a través de la experiencia misma!.
Harumi Puertos
Especialista en Terapias Alternativas, Cambios Planetarios
y Facilitadora en el Crecimiento Espiritual.
Sitio web: www.rutasdelalma.com