miércoles, 13 de julio de 2011

"Manos Mágicas". Alejandro Jodorowsky-Doña Magdalena.


(Alejandro Jodorowsky: Durante la siguiente meditación, la santa curandera me hizo tomar diferentes posiciones con las manos. Yo las hacía, sumido en una especie de trance. Por lo cual no recuerdo cuáles fueron estas posiciones, muy semejantes a mudras. Me queda la sensación de que eran gestos simples, tal como una mano empuñada o bien una mano estirada colocada ante mí como un espejo para ver como mis dedos se inclinaban haciéndome una reverencia.)

Hijo querido del alma, una mano es la lámpara, la otra la llama.
Tenemos la mano derecha que es la mano de la consciencia divina. Se utiliza la mano derecha para simbolizar todo lo que es divinidad, consciencia, luz. Y se utiliza la izquierda para simbolizar todo lo que es inconsciente, oscuridad, fuerza divina en la materia, encarnación, manifestación. Es lo no manifestado que va a manifestarse aquí.

Aquí está el rayo y aquí la matriz. El mundo de los dioses y el mundo de los seres humanos.

Vamos a dejar la mano derecha y vamos a trabajar con la mano izquierda. Vamos a hacer la promesa.

Los dedos se inclinan hacia mí, eso quiere decir que el pasado y el futuro, que el intelecto es decir el aire, que lo emocional es decir el fuego, que lo sexual es decir el agua, que lo corporal y material es decir la tierra, todos ellos se inclinan y hacen un puente solido de materia.

Y cuando haces esto, sostienes tu vida, y no la sueltas. Es decir que sostienes lo oscuro de ti, sostienes tu materia, tu vida, tu salud, tu prosperidad económica, tu lugar, tu oficio, tu acción social. Sostienes tu energía sexual, la conduces como tú quieres, entregas tu pasión como tú quieres. Y también tienes aquí tu energía emocional, tu llamada emocional, las emociones que quieres cultivar. Se manifiestan como tú quieres, sin cegarte nunca. Y ese querer lo ofreces a la consciencia.
Y verdaderamente la consciencia te tiene, completamente, firmemente, con toda tu voluntad. Y cuando tienes la mano así, te dices: “ Todo mi ser es unidad, es compacto; yo estoy encarnado, compacto, sin debilidades, sin perezas, sin ninguna duda. Sólidamente. Concretamente. Objetivamente. Me sostengo aquí. No tengo miedo de mi lado oscuro, no tengo miedo de mi inconsciente. Asumo mis pasiones, asumo mis deseos, asumo mis sentimientos, asumo mis ideas, asumo mi vida, mi cuerpo, lo sostengo”.

Y más hago esto y más me fortifico. Me fortifico en el lado oscuro. Es un punto cerrado que se llama la promesa. Está el vacío interior. Lentamente, porque la mano ha estado comprimida, se va abriendo, sin forzarla. Te vuelves consciente y con esos dedos haces un regalo. Con el índice, dibujas para la eternidad. En la oscuridad de tu inconsciente, el círculo es el sol, dibuja la luminosidad del sol enla palma de esa mano oscura, para que comprenda que debe seguir despierta en sus sueños, lúcida. Eso va a inscribirse tu inconsciente.

Y de nuevo la cierras y ahora es una mano iniciada. Contiene el verbo y se convierte en sagrada.

Y esta otra mano, abierta, es completamente lo contrario. Entre esta mano cerrada y esta mano abierta tienes todos los gestos de la humanidad.

Es la mano derecha abierta, luminosa, absolutamente contraria a la otra, es positiva y abierta, no es la mano que golpea, es la mano que da, una mano de poder. Siente la diferencia entre los dos gestos. La mano abiert es la luminosidad, es la benevolencia. Tengo el poder de curar, el poder de domar. Prometo:

“Yo prometo al mundo de la encarnación, al mundo de la materia, al universo encarnado, fuego, creación, prometo que estaré siempre aquí. Que seré benevolente con las partes oscuras de mi ser, con mi inconsciente, con los deseos que están en la oscuridad, rechazados. En tanto que consciente, en tanto que ser positivo, te prometo que velaré por tu equilibrio. Que nunca tú, como fuerza oscura vas a tomar el poder porque yo estaré siempre ahí. Que nunca tú, como punto de fuerza, vas a negar esta consciencia, este organismo, porque yo estaré siempre ahí para equilibrarte. Donde esté la fuerza yo estaré. Siempre. Yo te prometo que te voy a equilibrar”.
Esta mano dice eso. En la acción. Pero la otra mano, la empuñada, también hace una promesa:

“Cuando tú brilles, yo estaré ahí para defenderte de la tentación. Estaré ahí para impedirte toda debilidad, porque si yo no estuviera ahí, tu excesiva bondad sería devorada, y se perdería sin forma. Luego yo, en tanto que universo, te prometo que estaré siempre ahí para recibirte. Porque si yo no estoy para recibirte te perderías en la nada de ti mismo. Yo, en tanto que inconsciente oscuro, estaré siempre ahí para equilibrarte. Vamos a trabajar los dos juntos. El mundo no es solamente luz y buenos sentimientos. Yo estoy para equilibrarte, para darte la fuerza y la raíz de la que tienes necesidad. Vamos a trabajar juntos.”

Y la mano abierta le contesta:

“Y yo prometo también al mundo, en tanto que luz, que estaré siempre ahí. Con el amor, con mis pilares del amor y tus pilares de la severidad. Con mis pilares de la energía y ltus pilares de la forma. Con mis pilares de la luz y tus pilares de la oscuridad. Estaré siempre ahí. Yo lo prometo”.

Esta es la promesa se ha hecho. Y ahora que la promesa se ha hecho, me pongo como materia, como pedestal, como punto de apoyo. Porque sé que tú estás ahí como beneficioso, yo puedo estar aquí. “Sin ti, oh luz, oh Dios-Diosa interior, oh consciencia, yo no podría posarme. Pero aquí me poso, he escogido un lugar en mi, yo me acepto, yo estoy aquí. Y estoy aquí delante de ti, oh divinidad, estoy aquí como un pedestal. Y si tú estás ahí, yo, porque quiero que la obra se haga, me coloco como lampara de aceite sobre ti, y se hace la lampara.

Este aceite es lo esencial de mi mismo, que pongo sobre tu realidad. Me confío a tu realidad, oh intelecto, me vacío de pensamientos inútiles. Dejo venir el aceite de mi pensamiento, mi pensamiento verdadero que viene directamente de la fuente divina. Dejo de buscar un intelecto que no me corresponde, dejo de buscar intelectualmente las palabras. Me apoyo en ti, oh realidad, te tengo confianza, tú me sostienes, luego vacío mi cabeza para que las palabras divinas puedan salir de esta lampara.
Y oh, pedestal, me vacío de los sentimientos inútiles, todos esos sentimientos que arrastro, se los doy al viento, se los doy al fuego, se los doy al agua, se los doy a la tierra. Me deshago de todos los sentimientos inútiles. Me deshago de la memoria. Me vacío, porque tengo confianza en ti, me reposo en ti. Y surge el aceite perfumado de mis sentimientos, yo ofrezco el aceite perfumado de mis sentimientos. Estoy bien apoyado, he encontrado mi lugar en ti.

Y me vacío de todo deseo inútil, de todo deseo exacerbado por el mundo actual, por la publicidad, por lo que queremos, por lo que nos dicen, por lo que se vende. Me deshago de todos los deseos inútiles. Me vacío y voy a poner en mi sexo el aceite perfumado de los deseos verdaderos, tal como son. Y lo acepto y lo ofrezco a la divinidad.

Ofrezco mi intelecto, ofrezco mi corazón, ofrezco mis sentimientos, ofrezco mi sexo, mi energía sexual, de la forma más pura. Y también oh lampara, pongo en ti la limpieza de mis acciones corporales, de mis concepciones sobre el dinero, sobre el lugar, la plaza, y la codicia de los objetos, la codicia del dinero inútil, la codicia de las relaciones sociales, la codicia de lo que no me corresponde. Me vacío de todo eso, y dejo venir el aceite perfumado del verdadero dinero, de la verdadera plaza divina, de la verdadera sociedad humana divina, del oficio verdadero que vendrá hacia mí. Avanzo con confianza y ofrezco todo eso en esta lampara de aceite.

Ofrezco también mi consciencia. Estoy aquí en plena confianza. Me he convertido en una ofrenda. Y cada vez que yo pienso, hago la ofrenda de pensar en el mundo y mis pensamientos son perfumados. Y cada vez que tengo sentimientos hago una ofrenda y mis sentimientos son perfumados. Y cada vez que deseo hago una ofrenda y mis deseos son perfumados. Y cada vez que actúo mi acción es una ofrenda, y cada vez que yo creo la consciencia en mí creo una ofrenda.

¿Pero será aceptada mi ofrenda? Yo no me angustio por eso. Ya es una realización convertirse en ofrenda. Cuando la llama venga, yo la sentiré. ¿podré encender la lampara? ¿será aceptado el aceite? Si yo acepto el aceite, el aceite es aceptado. Si no tengo dudas, si tengo la fe. ¿Y tengo la fe? ¡Si! Tengo la fe y enciendo la lampara.

Estiro mis dedos. Pongo toda la fuerza de la luz en la fuerza de la oscuridad. Y va a actuar sobre el mundo. Empujo mi llama consciente hacia la oscuridad de mi inconsciente. Y allí ilumina el mundo, ilumina la noche de los tiempos, en medio del pasado y del futuro. En medio del universo esta lampara existe y brilla. Yo me convierto en una lampara encendida.

¿Quieres separar el fuego de su pedestal? Yo estoy unido. no hay separación. Esto es la realización, la fuerza y la energía. Y esto significa que la materia, embebida de espíritu divino hace volver a la divinidad a lo que ha siempre sido. La consciencia desciende hacia la encarnación, la encarnación lanza la consciencia. Eso viene de Dios-Diosa y eso vuelve a Dios-Diosa.

Es una maravilla ¿comprendes? Es un regalo que nuestros ancestros nos han dejado. Medita sobre esto para captarlo profundamente. Y cuando hayas terminado comunícalo a las otras personas