"Sin importar qué prueba provenga
de la materia (mi cuerpo) o de las relaciones
no me permito ni la más mínima fluctuación.
Preguntarme constantemente "¿por qué pasó?"
me hace perder tiempo y energía,
enreda mi raciocinio y me conduce al equívoco.
Maravillarme con la Vida y agradecer el aprendizaje
me hace estable al momento de buscar soluciones".