Toda la dicha que hay en este mundo,
toda proviene de desear que los demás sean felices.
Y todo el sufrimiento que hay en este mundo,
todo proviene de desear ser feliz yo.
Puesto que la ley del karma es inevitable e infalible,
cada vez que perjudicamos a otros
nos perjudicamos directamente a nosotros mismos,
y cada vez que les proporcionamos felicidad,
nos proporcionamos a nosotros mismos felicidad futura.
Dalai Lama.