martes, 16 de marzo de 2021

"Win Hof: No temo a la Muerte, Mi Mayor Miedo es No Vivir Plenamente".



Wim Hof ha realizado algunas de las mayores hazañas 
para las que la ciencia no encuentra explicación,
 como su extraño entrenamiento físico 
que cualquiera puede llevar a cabo si tiene ganas.

 Le llaman el Hombre de Hielo, y aunque el apodo pueda recordarnos al de un superhéroe de Marvel, no hay mejor nombre para este holandés cuyas proezas físicas y mentales han hecho que los científicos se tiren de los pelos para intentar explicar lo que finalmente han definido como una “anomalía”. Sin embargo, él no se cansa de repetir que cualquier persona puede hacerlo, con un duro entrenamiento, desde luego. Porque Wim Hof es capaz de controlar su sistema inmune a voluntad, y también el cardiovascular, el sistema hormonal, el muscular y el nervioso. “¿Cómo?”–se preguntarán, les respondemos citando a este Hombre de Hielo cuando dice: “Respira, es gratis”. Ya que las técnicas de respiración, junto a la concentración y las inmersiones frecuentes en agua helada son la base de este particular método que le ha llevado, entre otras cosas, a batir un Récord Guiness al permanecer dos horas enterrado en el hielo sin que su temperatura corporal varíe ni un ápice.

Y aun ha realizado mayores hazañas, y algunas de ellas más heladas si cabe: corrió un maratón por el desierto sin beber una gota de agua, ascendió al Everest sin zapatos y en pantalones cortos y se ha sumergido en las profundidades marinas más heladas del mundo, todo para demostrar que ejerce un control total de su cuerpo y su mente. Un poder tan extraordinario que los médicos no han podido menos que apartar por un momento la vista del microscopio para analizarlo detenidamente. Así fue como convirtió su cuerpo en un laboratorio humano.


Para convertirnos en super masas.

El método que enseña Wim Hof podría convertirte en un superhombre a ti también. Estos son los pasos a seguir si quieres que tus músculos parezcan bloques de hielo:

1. Exponte al frío glacial.

Hof explica que las bajas temperaturas ayudan a fortalecer las venas contrayendo los pequeños músculos que las rodean y, consecuentemente, unas venas más fuertes y saludables mejoran el flujo sanguíneo y reducen la frecuencia cardiaca. Una técnica, la de exponerse a bajas temperaturas, que conocen muy bien los habitantes de los países nórdicos para acostumbrar su cuerpo al frío. Y cuando decimos “exponerse” nos referimos a completamente, incluyendo baños en aguas heladas en pleno diciembre como a los que se sometió un periodista de la edición anglosajona de' Vice', que quiso probar en propias carnes su método.
 
2. Respira, es gratis.
 
Las técnicas de respiración rápida tienen diferentes resultados, pero básicamente aumentan nuestra capacidad pulmoral, nutriendo de oxígeno a nuestras células. Así que uno de los primeros pasos para convertirse en un superhumano es, según su creador, aprender a respirar de forma consciente. Para ello se deben inspirar hasta tomar más oxígeno del necesario y espirar sin llegar a liberarlo del todo. Este ejercicio debe realizarse treinta veces y con la última respiración mantener el oxígeno en el pecho, el cuello y la cabeza, hasta que llega un momento en que se genera una gran sensación de calor corporal. Y lo pueden atestiguar aquellos que han recibido sus enseñanzas y caminado medio desnudos en ambientes tan gélidos que podrían producir a cualquier una hipotermia sin que sufriesen ni un triste resfriado.
 
La primera vez que me sumergí en hielo se me congeló la retina. 
No podía ver nada ni respirar 
y pasé a un estado de consciencia más profundo
 
3. En la posición del loto.
 
La meditación enseña consciencia corporal y claridad mental. De acuerdo a Win Hof, el componente mental de su método es esencial para el éxito.
 
De hecho, entre las muchas teorías nacidas para dar respuesta a este fenómeno inexplicable, una de ellas compara las técnicas de meditación de Hof con los tummo tibetanos, que consiguen interrumpir la actividad mental e inducir al metabolismo a generar calor. También se ha dicho que gracias a someter su cuerpo a temperaturas muy frías ha creado una capa de tejido adiposo tan abundante que es capaz de resistir las bajas temperaturas, igual que le ocurre a las personas que viven o trabajan a la intemperie. 
 
4. Desarrolla un plan de acción.
 
Es más que probable que no vivas en un géiser o que en tu ciudad no nieve ni en invierno. No hay problema, puedes adaptar algunas de sus enseñanzas a tu vida diaria, como tomar una ducha fría cada mañana o llenar de cubitos tu bañera. Se trata de que te sientas lo menos confortable posible y a partir de ahí empezar a trabajar con tu capacidad de control mental y exposición al frío.
 
Ahora bien, ¿cómo llegó un hombre corriente ha convertirse en 'Iceman', El Hombre de Hielo?

Un sistema “autoinmune”.

En 2011 Wim Hof participó en un experimento que pretendía desafiar el conocimiento de nuestros sistema nervioso. Le inyectaron una endotoxina bacteriana que provocaría altas fiebres, escalofríos y dolores de cabeza a cualquier persona corriente. Sin embargo, a él lo dejó frío, al haber segregado de manera consciente la cantidad de adrenalina necesaria para dominar su sistema inmune a voluntad. Algo que los científicos creen sumamente difícil, de la misma forma que lo sería acelerar nuestro pulso intencionadamente, porque el sistema nervioso libera adrenalina de forma autónoma.

Para demostrar que no se trataba de ninguna “anomalía” particular, se sometió a 12 personas que habían aprendido el método de Wim Hof al mismo experimento y se obtuvieron similares resultados. De esta forma, el super holandés probó que cualquiera podía ser un Hombre o una Mujer de Hielo. Bueno, lo que se dice cualquiera … :)

Una historia de superación personal.

La tristeza es el motor más profundo. Sucedió en 1995, su mujer se suicidó fruto de una psicosis y Wim se quedó a cargo de cuatro hijos pequeños. Devastado por haber perdido al gran amor de su vida de una forma tan incomprensible decidió dedicar el resto de su existencia a demostrar el poder de la voluntad humana. Aunque no fue nada fácil.
 
Tal y como cuenta, en su primera inmersión sintió como si un millón de agujas se clavasen en su piel. “A los 35 metros perdí la vista porque se me congeló la retina. No podía ver nada ni respirar y entonces pasé a un estado de consciencia más profundo”. Porque para este holandés, que vive en una casa flotante en un canal de Ámsterdam y recibe allí a cuantos quieran aprender su método, el frío es “inclemente pero justo”.
 
Su filosofía de vida puede resumirse de la siguiente forma: “Si te mentalizas, serás capaz de lidiar con los elementos”. Porque el Hombre de Hielo no teme a la muerte, su mayor miedo es, como bien afirma, no vivir plenamente, “Cuando me expongo a lo extremo, abrazo a la vida”.
 
Si el método de Hof funciona, significaría un avance en el tratamiento de inmunodeficiencia como la enfermedad de Crohn, la artritis reumática o el cáncer
 
Hacia el final del documental que 'Vice' realizó sobre sus proezas, el periodista le pregunta cuál iba a ser su paso final, después de haber superado los mayores obstáculos físicos y demostrado que los milagros no son exclusivos de los dioses ni los super héroes de cómic. “Volver al dolor de la pérdida, volver al amor perdido y devolver amor al mundo”, contesta.
 
El caso de Wim Hof no es aislado, otros a lo largo de la historia han probado con sus hazañas “sobrehumanas” el poder extraordinario de nuestra mente. No obstante, él es "el primero que lo ha llevado ante la ciencia”. Y aunque la comunidad científica todavía no ha podido comprobar que todos podamos desarrollar esta capacidad, de llegar algún día a confirmarse, podría ayudarnos a tratar trastornos inmunodeficientes como la enfermedad de Crohn, la artritis reumática o el cáncer.
 
¿Podremos llegar algún día a controlar nuestro sistema inmune, e incluso el nervioso y el muscular a través del entrenamiento físico y mental?. Quién sabe… Lo que está claro es que la voluntad puede mover montañas o, al menos, hacernos caminar descalzos sobre ellas.