Joe Dispenza enseña que al ser menos materia
(mente/pensamientos/cuerpo) somos más frecuencia (energía/vibración). Para ello ayuda
mucho conectarnos a la Tierra (naturaleza) y ser conscientes del espacio que nos
rodea, poniendo el foco en el vacío, en el silencio, en la inmensidad, en
lo invisible, respirando en cada inhalación el aliento de la vida, abundante, profundo,
sutil e infinito.
Debemos ser capaces de reposar en nuestro interior invocando
sensaciones dulces, tranquilizadoras y alegres, y así cambia nuestra
materia, nuestro sistema nervioso, nuestro ADN (células), nuestra psiquis y nuestra vida. El punto más importante es sentir y sostener por el
mayor tiempo posible durante el día, emociones elevadas como alegría, gratitud, serenidad,
confianza, alivio, tranquilidad, plenitud, paz y libertad. Estando inspiradas, sin ataduras de ningún tipo, admirando la belleza de este mundo con gratitud y presencia.
La Ruta ...
Imagen de beinart.org