La soledad está muy mal vista en nuestra sociedad. Tiene muy mala prensa. ¿Qué pasa con las personas de más de 30 años que siguen solteras? ¿Y qué decir de las de cuarenta? ¿Cómo suelen sentirse por dentro cuando ven al resto de sus amigos casados? ¿Y cómo se habla de ellas a sus espaladas por el hecho de no estar comprometidos con alguien de alguna manera? Según la forma de pensar convencional, algo erróneo debe haber en la gente que todavía no se ha establecido como pareja formal. ¿Por qué será? ¿Algo oscuro debe de haber, no? Lo cierto es que aquí tenemos un problemón social. A ti, como al resto, te aterra profundamente la soledad. Es decir, el espacio y el tiempo que dedicas a relacionarte íntimamente contigo mismo, entrando en contacto con tu mundo interior. ¿Cuánto tiempo destinas cada día a estar realmente contigo mismo sin evadirte? ¿Qué sientes cuando estás a solas, en silencio y sin estímulos externo con los que distraerte? Y en definitiva: ¿eres consciente de que huir de ti mismo no es la solución, sino el problema?. Por más que mires hacia otro lado, es imposible escapar de ti eternamente. Tarde o temprano no te va a quedar más remedio que pararte y ver qué ocurre en tu interior. Sin embargo, hasta que la sensación de vacío devenga insoportable vas a tratar desesperadamente de aliviar los síntomas. De los numerosos parches de los que dispones a tu alcance, uno de tus preferidos es aferrarte a un vínculo sentimental. Así, tu afán de estar en pareja no se basa en el amor al otro, sino en el miedo a estar solo contigo mismo. Muchas veces buscas en un compañero sentimental el antídoto contra tu soledad; sin embargo, en demasiadas ocasiones el remedio resulta mucho peor que la enfermedad.
Borja Vilaseca.
Escritor, periodista,
inspirador para personas con necesidad de cambio.
www.desarrollopersonalylideraz
borjavilaseca.com
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"Los Iguales Se Atraen"
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