miércoles, 11 de abril de 2012
"Dolor de Espalda".
Bloqueo físico
Cuando hablamos de dolor de espalda nos referimos principalmente a la columna vertebral.
Bloqueo emocional
La persona a la que le duele la parte BAJA de la espalda, es decir, la región del sacro, es aquella para quien la libertad es sagrada, y teme perder su libertad de movimientos cuando los demás necesitan su ayuda. Con frecuencia es una persona que teme por su supervivencia. Sentir dolor de la quinta lumbar a la undécima dorsal (de la parte baja de laespalda hasta la cintura) está relacionado con el miedo a la escasez y con la inseguridad material.De hecho, como la espalda es el sostén del cuerpo humano, cualquier dolor en ella se relaciona con no sentirse bien sostenido.
La parte baja se asocia con el área del "tener". Por ejemplo: tener bienes materiales, dinero, un cónyuge, una casa, hijos, un buen oficio, títulos, etc. El dolor en este lugar significa que la persona necesita tener para sentirse apoyada, pero no se atreve a reconocerlo o admitirlo ante los demás. Lo lleva todo sobre su espalda, porque quiere hacerlo todo ella misma. Es muy activa en el terreno físico, puesto que su miedo a la escasez se manifiesta sobre todo en el nivel material, que para ella representa un buen apoyo. Por otro lado, tiene problemas para pedir ayuda a los demás, y cuando por fin se decide a pedirla y no la recibe, se siente todavía más inmovilizada y su dolor de espalda empeora.
La persona con dolor en la parte ALTA de la espalda, es decir, de la décima dorsal hasta las cervicales (de la cintura hasta el cuello), sufre de inseguridad afectiva. Es una persona para quien el "hacer" es muy importante, porque eso es lo que le da seguridad. Cuando alguien hace algo por ella se siente querida. Por otra parte, manifiesta su amor por los demás haciendo cosas para ellos. Del mismo modo, la espalda puede dolerle lo suficiente como para proporcionarle una excusa porno hacerlo todo, porque teme que si hace demasiado, ya no la ayudarán. Espera mucho de los demás, y cuando sus expectativas no se cumplen, tiene la impresión de soportar una gran carga. Como le cuesta trabajo "hacer" sus demandas, cuando lo logra se siente inmovilizada si el otro no responde a ellas. Entonces el dolor empeora. Este dolor puede también presentarse en unapersona que se siente demasiado vigilada en lo que hace.
Bloqueo mental
Si te duele la parte BAJA de la espalda, la región del sacro, en lugar de creer que vas a perder tu libertad ayudando a alguien, toma más conciencia de tus límites; exprésalos a la persona adecuada y actúa en consecuencia. Recuerda que si quieres cosechar ayuda debes haberla sembrado antes. Es posible que en el pasado hayas vivido la experiencia de sentir que se aprovechaban de ti, pero este miedo a revivir esa misma experiencia te impide dar, lo cual te ayudaría a recibir más. Si temes por tu supervivencia, date cuenta de que es sólo tu parte afectiva dependiente la que cree que no puedes sobrevivir solo. Tienes todo lo necesario para lograrlo. En lo que respecta al dolor en la parte baja de la espalda y la cintura, tiene que ver con aceptar que tienes derecho a querer "tener" bienes materiales o a alguien para sentirte seguro y apoyado. Así podrás disfrutarlo más. Aun cuando en lo más profundo de ti creas que no está bien querer demasiado lo material, deberás comenzar por darte el derecho de tenerlo para que después puedas ser capaz de sentirte sostenido sin todos esos "haberes". En lugar de creer que nadie se ocupa de ti, te sugiero que comiences a hacer más demandas. No obstante, ten en cuenta que no porque pidas algo los demás deben dártelo. Es posible que algunas personas con menor necesidadde "tener" no comprendan tus necesidades. Si te concedes el derecho de tener esas necesidades,te será más fácil explicarlas.
Para el dolor de la parte ALTA de la espalda, de la cintura al cuello, necesitas dejar de creerque debes hacer todo para asegurar el bienestar de los que te rodean. Siempre serás del tipo de persona a quien le gusta hacer cosas para los demás, pero debes cambiar tu motivación. Cuando quieras hacer algo por alguien a quien quieres, hazlo con amor, por el placer de agradar. No tienes obligación de ser el sostén afectivo de todo el mundo. Además, acepta la idea de que los demás no piensen como tú, ni que deban hacer todo para hacerte feliz.
Pueden quererte aunque no hagan cosas para ti o no respondan a tus expectativas. Por lo tanto, deberás aprender a pedir, diciéndoles qué necesitas que hagan para sentirte querido y un día, cuando tú te quieras lo suficiente, ya no tendrás más necesidad de ello.
Bloqueo espiritual
Para conocer el bloqueo espiritual que te impide responder a una necesidad importante de tu SER, utiliza las preguntas sugeridas.
Para precisar mejor la causa de tu problema físico, hazte las siguientes preguntas:
BLOQUEO FÍSICO:
"¿Qué adjetivos pueden describir mejor lo que siento en mi cuerpo?".
Tu respuesta representará lo que sientes ante la persona o la situación que ha desencadenado el mal.
BLOQUEO EMOCIONAL:
"¿Qué me impide realizar esta enfermedad?".
Tus respuestas a esta pregunta representanal deseo o los deseos bloqueados.
"¿A qué me obliga esta enfermedad?".
Retoma esta respuesta (o respuestas) y agrega lapalabra "no" al principio de cada uno de ellas. Estas frases representan tus deseos bloqueados.
BLOQUEO ESPIRITUAL:
"Si me permitiera estos deseos, ¿qué sería?"
(Utiliza los deseos encontrados en la etapa anterior). La respuesta a esta pregunta corresponde a una necesidad profunda de tu ser, bloqueada por alguna carencia.
BLOQUEO MENTAL:
"Si en mi vida me permitiera ser...
(Repite la respuesta de la pregunta anterior), ¿qué podría sucederme de desagradable o de no aceptable?".
La respuesta a esta pregunta corresponde a la creencia no benéfica que bloquea tus deseos y te impide realizar tu necesidad, creando así el problema físico. Cuando conoces la creencia no benéfica o la manera de pensar que te impide ser lo que quieres, lo primero que debes hacer para transformarte es permitirte haber tenido la necesidad de creerla, estableciendo contacto con el niño que habita en ti y que la creyó después de haber experimentado un sufrimiento. Después, pregúntate si todavía la necesitas realmente para ser feliz. Si la respuesta es afirmativa, ello es señal de que todavía te es útil. Tú eres quien gobierna tu vida, de modo que puedes seguir creyendo en ella, pero debes saber que, al actuar así, obtendrás los mismos resultados que han obtenido hasta ahora. No esperes ningún cambio.Si estás convencido de que esta creencia todavía es cierta pero que el hecho de creerla no te hace feliz, verifica en tu interior si estás tan convencido de su veracidad como hace algunos años. Es muy probable que ahora lo creas mucho menos. Por lo tanto, estás en vías de sanar. Cuando en lo más profundo de ti sabes que no quieres seguir creyendo la misma cosa, no te queda más que realizar las acciones necesarias para manifestar tus deseos a fin de permitirte ser lo que quieres ser.
Para concluir quiero repetir que la curación sólo puede realizarse en el momento en el que no se perdona. Esta etapa tiene el poder de transformar no sólo nuestro amor hacia nosotros mismos, sino también el corazón y la sangre en nuestro cuerpo físico.
Esta sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como un bálsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las células.
Aun cuando intelectualmente te resulte difícil creerlo, ¿qué puedes perder con probar?. Estas son las etapas del perdón verdadero:
1) Identifica tus emociones (a menudo hay más de una). Toma consciencia de la acusación que te haces a ti mismo o que le haces a otro y de lo que ésta te hace sentir.
2) Asume tu responsabilidad. Ser responsable es reconocer que siempre tienes la opción dereaccionar con amor o con miedo. ¿De qué tienes miedo? Date cuenta también de que tienes miedo de que te acusen de tener miedo.
3) Acepta al otro y suéltate. Para lograr soltarte y aceptar al otro, ponte en su lugar y siente sus intenciones. Acepta la idea de que la otra persona se acusa y te acusa probablemente de la misma cosa que tú. Ella tiene el mismo miedo.
4) Perdónate. Esta es la etapa más importante del perdón. Para realizarla, date el derecho de haber tenido y de tener todavía miedo, creencias, debilidades y límites, que te hacen sufrir y actuar. Acéptate tal y como eres ahora, sabiendo que es temporal.
5) Ten el deseo de expresar el perdón. A modo de preparación para la etapa seis, imagínate con la persona adecuada en el acto de pedirle perdón por haberla juzgado, criticado ocondenado. Estarás listo para hacerlo cuando la idea de compartir tu experiencia con dicha persona te suscite un sentimiento de alegría y de liberación.
6) Ve a ver a la persona en cuestión. Exprésale lo que has vivido y pídele perdón por haberla acusado o juzgado y por haber estado resentido con ella. Menciónale que la has perdonado sólo si te lo pregunta.
7) Haz el enlace con un cordón o una decisión ante uno de tus progenitores. Recuerda un acontecimiento similar que ocurriera en tu pasado con una persona que representase a la autoridad: padre, madre, abuelos, maestro, etc. Generalmente será del mismo sexo que la persona con la cual acabas de realizar el perdón. Vuelve a efectuar todas las etapas con esta persona (la figura de autoridad). Cuando la emoción sentida sea hacia ti mismo, realiza los pasos 1, 2, 4 y 7.
Date el tiempo necesario para realizar el proceso del perdón. En cada etapa puede pasar un día o un año. Lo importante es que tu deseo de lograrlo sea sincero. Cuando la herida es grande y profunda o el ego se resiste, puede tomar más tiempo. Si la etapa seis del proceso del perdón te resulta difícil, debes saber que es el ego el que se resiste.
Cuando piensas: “¿Por qué ir a pedirle perdón por estar resentido con él cuando fue él quien me ofendió? ¡Tengo toda la razón del mundo para estar resentido!", es tu ego quien habla. El deseo más grande de tu corazón es hacer la paz y sentir compasión por el otro. No te preocupes por la reacción del otro cuando vayas a pedirle perdón.
Respeta su reacción y la tuya. Nadie en el mundo puede saber lo que va a suceder. Si al otro le cuesta trabajo recibir tu petición de perdón, es que él mismo no puede perdonarse. Aunque tú lo hayas perdonado, no puedes hacerlo por él. Deberá lograrlo por sí mismo. No eres responsable de su reacción, sólo de la tuya. Por otro lado, el hecho de perdonarte a ti mismo es un hermoso ejemplo para ayudar al otro a que también lo consiga.Recuerda que el hecho de perdonar a alguien no significa que estés de acuerdo con la ofensa, sino que estás en vías de decir que, con los ojos del corazón, has sido capaz de ver más allá de la ofensa, de ver lo que pasaba en el interior de la persona. Gracias a este perdón podrás concederte más fácilmente el derecho de ser tú mismo, con tus sentimientos humanos.
Libro: "Obedece a tu cuerpo ¡ÁMATE!". Lise Bourbeau.