domingo, 16 de octubre de 2011
Acto Psicomágico Contra El Miedo A La Soledad
¿Qué Es El Miedo?
Dígame ¿Cuál es el mayor miedo de todos?
Alejandro Jodorowsky: Es el miedo a la muerte. Después hay otros como el miedo a que nos falte, es decir el terror económico, el miedo a la locura. etc.
¿Por eso acudimos a videntes para que nos lean el futuro?
Sin embargo, lo que no sabemos es que la consulta sobre el futuro revela un miedo del presente. En esencia “el hombre siempre teme perder…”
¿Cuál es entonces el camino a seguir?
El primer paso que da el ser que se ilumina es perder el miedo a morir. Aquello que nos atemoriza pierde su fuerza en el momento en que dejamos de combatirlo
Hablemos del tarot ¿Por qué el Arcano XV del Tarot de Marsella, El Diablo, está lleno de ojos?
Lo que quiere decir es que no tiene miedo de verse en su estado actual. Asume lo que es en este instante y trabaja a partir de ese punto en el que está.
¿Con qué finalidad?
Para observar sus defectos, debilidades, pereza, cobardía, etc. Si no somos capaces de vernos con humildad, nunca llegaremos a ser personas realizadas.
Vivimos rodeados de miedo, en la prensa, en la televisión…¿Por qué tienen tanto éxito esas noticias en nuestra sociedad?
Porque esas catástrofes hacen vender los periódicos y la sociedad te acostumbra a vivir en el terror, así eres un buen consumidor o consumidora.
¿Cómo se pierde el miedo?
Diciéndote: “Siempre que tengo que elegir entre hacer y no hacer, debo elegir hacer, aunque me equivoque”. Si no hago me frustro. Si hago y me equivoco, por lo menos me queda la experiencia.
¿Hay distintos tipos de miedo?
Debemos distinguir inicialmente dos clases de miedo, el miedo racional a lo objetivamente peligroso, adaptativo para la supervivencia del individuo y de la especie, y el miedo irracional que es inadaptativo y se desencadena sin causa que lo justifique.
Dentro del miedo irracional hay diferentes grados, desde el temor, hasta el pánico, pasando por las infinitas tipos de fobias.
¿Cómo nos afectan en nuestros distintos egos?
El miedo se sufre en nuestra dimensión psíquica e intervienen los cuatro egos:
El ego intelectual asocia y anticipa. Nuestro cortex gasta gran cantidad de energía y pone en funcionamiento infinidad de conexiones sinápticas para predecir lo que pasará. Si un estímulo en principio “inocente” se condicionó a otro amenazante y se desencadenó en nosotros una respuesta fisiológica de defensa ante un peligro (aceleración del ritmo cardíaco, tensión muscular, sudoración, etc.), la próxima vez que se presente ese estímulo inocuo, lo viviremos como peligroso. Es la teoría de condicionamiento clásico tan conocida de Pavlov.
Miedos con más carga intelectual:
*Miedo a la oscuridad
*Miedo al futuro
*Miedo a volverse loco
-El ego emocional rechaza la pérdida, porque es dependiente. El afecto y el alimento lo recibimos de la madre en nuestros primeros días de vida. Un individuo dependiente es un individuo que sintió la amarga hiel del desamparo en la infancia y se grabó en la amígdala. Las experiencias de carencia no resueltas, las reviviremos de adultos ante pérdidas de todo tipo.
*Miedo al abandono, a la soledad, a la separación, al rechazo.
*Miedo a los cambios.
*Miedo a los robos.
-El ego creativo-sexual teme la sequía, la esterilidad y el fin de la especie. La finalidad de nuestra energía libidinal es crear desde el gozo. Las prohibiciones y las limitaciones en esta área se manifiestan en el cuerpo. Todo lo reprimido crea estancamiento, acumulación y tensión.
*Miedo a la incapacidad.
*Miedo a la impotencia.
*Miedo al vacío.
-El ego material no quiere morir. Se dice que escarbando lo suficiente en cualquier miedo, nos topamos con el miedo a la muerte. (cuento del sabio y sus últimas palabras ¡No quiero morir!)
*Miedo a los viajes, a conducir.
*Miedo a las enfermedades.
*Miedo a lo desconocido.
¿Por qué a veces nos atrae lo mismo que nos da miedo?
Una parte sabia de nosotros nos impulsa a experimentar lo temido para descondicionarlo (para aprender que ese estímulo no conduce a la muerte, por ejemplo). Eso es algo positivo, pero no hay que confundirlo con la búsqueda de peligros por una compulsión al suicidio. Es el caso de los niños que en su etapa fetal recibieron la orden de “no eres querido” y se pasan la infancia jugando a ser muertos, se disfrazan de muerto en los carnavales, se exponen a peligros y de jóvenes practican deportes de riesgo…
Según Alex Rovira “El miedo es el medio de descubrir lo que necesitas encontrar” ¿Qué significa?
Para llegar a ser “lo que realmente somos” a veces pasamos algo parecido a lo que se llama “miedo escénico”. Acostumbrados a interpretar el guión impuesto por lo que los demás quieren que seamos, tememos fracasar interpretando nuestro papel original. Una reacción frecuente ante el miedo es la estampida, pero sólo afrontando lo que tememos encontraremos la joya que necesitamos encontrar: ser quién verdaderamente somos.
¿Alguna receta para combatir el miedo irracional?
Apunta estos cuatro ingredientes, siguiendo con el esquema de los cuatro egos:
-Confianza
-Desapego
-Coraje
-Experiencias positivas
Cuento sabio relativo al miedo:
Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió… en un gato.
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador.
Llegado a este punto el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón.”
El mago comprendió que nada se puede hacer para ayudar a quien tiene arraigado en su corazón el hábito del temor y no hace nada para cambiarlo
Frases sobre el miedo:
“Te estás muriendo varias veces por minuto. Si superas tu miedo a la muerte, habrás conectado con la vida, con el espíritu, con el poder. ¡Eso es la salud absoluta!” Deepak Chopra
“Si estuvieras libre de todo temor, ¿sabes lo que ocurriría?: que harías exactamente lo que deseas” Khishnamurti
“El miedo es algo complejo: hace construir defensas y mantiene la sociedad sin cambios” Alejandro Jodorowsky
“Encadenado a una actitud de miedo, uno se convierte en esclavo… y pierde su libertad. Sólo eres libre si arriesgas” Alex Rovira
“Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría, ni sufriste el más grande dolor”. Facundo Cabral.
Ciertos guerreros se “sacaban el miedo” antes de la batallas, raspando su piel con un cuchillo. Marianne Costa.
Para terminar, traemos aquí un acto psicomágico de Alejandro Jodorowsky relacionado con el miedo, extraído de su libro “Psicomagia”:
Gilles Farcet: Pienso, por ejemplo, en el miedo. Es un hecho reconocido que, en muchos casos, el miedo enmascara un deseo reprimido. ¿Tienes en tu archivo algún “caso” que revele y resuelva esta dinámica en sí muy banal?
Alejandro Jodorowsky: Desde luego, de esas cartas tengo muchas. Esta es clásica:
Una noche de mayo, al regreso de tu conferencia, en el portal de mí casa, me atacó un hombre enmascarado que quería violarme. No lo consiguió, pero pasé mucho miedo y seguramente concentré mi espanto en el lado derecho del cuerpo que, a la mañana siguiente, estaba como paralizado. Aquello me sentir una gran aversión hacia los hombres, no soportaba su contacto y, a veces, no podía ni estar sentada a su lado. El miedo se apoderó de mí y, si volvía tarde a casa, subía los seis pisos corriendo. Yo, que nunca antes cerraba la puerta con llave, me aislé del mundo exterior parapetándome detrás de tres cerrojos. Pero el miedo no se quedaba al otro lado de la puerta, sino que me acompañaba siempre… Tú me prescribiste un acto:
“Ve a Pigalle y compórtate como una puta. Da una excusa para no irte con los hombres que se acerquen, para no pasar al acto”. Una coraza de plomo no me hubiera parecido más pesada… Elegí un 17 de julio porque el número 17 corresponde a la Estrella del tarot y a Acuario, mi signo, con lo que me ponía bajo su protección.
No conocía bien el barrio así es que fui primero a reconocer el terreno. Por supuesto, me resultaba muy difícil interpretar ese papel, completamente nuevo para mí, por lo demás. El 17 por la noche, a las nueve, vestida con minifalda, una blusa muy ceñida, zapatos de tacón y medias de malla y muy maquillada me encaminé a Pigalle. Realmente esperaba no toparme con ningún vecino por el camino.
En un andén del metro, un hombre se acercó para preguntarme, primero, si tenía fuego, después, la hora y, por último, por una estación del metro. Yo me sentía dentro de la piel del personaje y observa lo que pasaba por mí. En Pigalle me esperaba un amigo y su presencia me apaciguó.
Me senté en la terraza de un café elegido a propósito. Crucé las piernas con descaro y encendí voluptuosamente un cigarrillo rubio, mientras observaba mi entorno. Descubrí las miradas de los hombres, ávidas, despectivas, perversas, etcétera. Mientras afrontaba aquellas miradas, notaba que en mí, en mi vientre, surgía una nueva fuerza.
Transcurrió una hora, se acercaron cinco o seis hombres que querían subir a mi casa. Me negué, pretextando una enfermedad benigna. Algunos debieron pensar que tenía SIDA.
Después de cenar con mi amigo Hervé, volví a casa agotada, pero ya no tenía miedo y desde entonces he podido relacionarme con los hombres y subir mis seis pisos sin problemas. He dejado de esconderme y me siento en paz.
Este acto me permitió descubrir que en mí coexistían varios personajes, manifestarlos, vivir mi miedo y superarlo. Experimenté una gran liberación y la confianza de que en adelante podría avanzar, seguir mi camino. Sin este acto, qué duda cabe, lo hubiera reprimido todo. Ahora siento que me he abierto.
El miércoles pasado, al volver de la conferencia, vi que un hombre me seguía. Quería acostarse conmigo. Me vino a la memoria el acto y toda la fuerza que había extraído de él. Discutí con ese hombre y pude ver el miedo en sus ojos. Tomé conciencia de mi propia fuerza y él también la sintió. Salió del edificio y yo subí a mi departamento, tranquila, confiada.
Mucho amor, alegría y armonía para ti y tu familia.”