sábado, 16 de abril de 2011

Una Mujer Que No Quiere Más Estar Sola (Psicomagia)



Consultante en el café le Téméraire de París:

Una mujer actriz de teatro está sola y un poco triste. No tiene trabajo. Debe dejar venir el deseo, aceptar la persona que venga.

Alejandro Jodorowsky:

“Sobre una cinta de seda azul celeste, escribe en negro, «yo quiero un hombre» y se la ata a la altura de la cintura”.

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1- Un hombre de 30 años, tiene dificultad para proyectarse en el tiempo, siente que carece de futuro y que tiene un vacío al nivel del vientre. Alejandro, observando su cuerpo flaco, como reseco, le dice que vive un problema fetal, que fue comprimido en el vientre de su madre. Él le cuenta que fue un niño escondido, el primero de una segunda boda. Hasta los seis años vivió solo con su madre en Marruecos porque su padre se fue a trabajar en Francia. Elige tres cartas:

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El Enamorado, el Colgado, el Mundo… Pregunta: “¿Cómo puedo atravesar este vacio?”

En El enamorado, carta 6, Alejandro ve su feliz relación con la madre. En el Colgado (12) ve cómo se termina esta felicidad y se le introduce en un mundo, para él, hostil. El consultante revela que a la edad de 6 años, se lo llevaron a Francia, para ir a vivir con su padre. Cosa que el sintió como un corte cruel.

Alejandro le aconseja regresar a su ciudad natal, Fes, y ahí ir a un cementerio para buscar una tumba de niño. Cuando la encuentre escribirá “Amor” sabre la tumba con un frasco de miel. El resto del frasco se lo bebe. Mete en el frasco vacío una rosa y se lo regala a la primera mujer adulta que vea.

Durante el acto debe tener una foto de su madre en el bolsillo del corazón.

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2- Una mujer joven consulta “¿Por qué mis amores siempre están lejos?”. Alejandro le explica que es una reproduccion de la situación emocional de su infancia: la ausencia de una persona importante. Ella cuenta que su madre huyó con un amante dejándola al cuidado de su padre y de su abuelo del lado paterno, arquitectos de talento. Ella creció admirándolos, y ahora es arquitecta y trabaja con ellos. Elige tres cartas:

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La Justicia, la Luna, la Casa-Dios (la Torre)…
Alejandro le muestra los ladrillos de
la torre, indicándole que es una carta que habla de construcción: a los pìes de la torre hay dos personajes (su padre y su abuelo) que están siendo expulsados. Le dice: “Te voy a hacer una pregunta muy importante, si encuentras la respuesta puedes solucionar tu problema: ¿Qué diferencia hay entre tú y esos dos hombres?.” … Ella no encuentra la respuesta. Alejandro le dice muy suavemente que su padre y su abuelo son hombres y que ella es una mujer… “Vives como hombre, compitiendo con tu padre y tu abuelo, haciendo una arquitectura de hombre. No puedes así superarlos. El triunfo lo ves lejos, imposible, tan lejos como tu madre que fue incapaz de ser madre. Debes proponerte realizar una arquitectura de mujer, no fálica. Fabrica un modelo de tu edificio femenino ideal y muéstraselo a esos dos hombres, al mismo tiempo que te desnudas delante de ellos. Rompes el modelo y te pegas los trozos en el cuerpo, creándote una vestido. De esta manera sales a pasearte a la calle. Si te atreves a hacer esto, comienza a tomar cursos de canto y danza del vientre.

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Una mujer, que tiene una relación con un hombre casado, pregunta: “¿Esta situacion es buena para mí?”. Alejandro le dice que elija tres cartas.
Saca:
El Colgado- La Fuerza- El Papa.

Alejandro le responde que entre hacer y no hacer, es mejor hacer. Mostrándole la cuerda que ata el pie del Colgado, le indica que ella vive atada a una situacion de su infancia: padre ausente, madre invasora y seductora (la Fuerza). Al tener relaciones con un hombre casado, (el Papa), por un lado satisface su sed de padre compitiendo con la esposa de su amante (proyección de su madre) pero , al compartir un sexo que visita a las dos vaginas, establece inconscientemente con su rival una relación lesbiana. Esta situación afecta su valorización, pero si la termina sin solucionarla (no es un dúo sino un trío) volverá a amarrarse a un hombre casado. La consultante reconoce que así es: muchas veces se ha liado con hombres que engañan a sus mujeres.

Alejandro le aconseja este acto psicomágico: ella debe vivir la relación actual, a fondo, durante 6 meses. Al cabo de este tiempo debe comprar una estatua de la Vírgen y pegarle una foto de su madre sobre la cara. Después envolverla con una cadena y ponerla abajo de su cama. Hecho esto debe ir a ver a la esposa de su amante y contarle todo. Cuando el hombre frente a ellas dos, asume la verdad y confiesa, debe ponerse a reír e irse sin decir adiós.

Al cabo de un mes, durante sus reglas, debe enviarle la estatua encadenada a su madre y cortar toda comunicación con ella por seis meses. Si hace esto, podrá establecer una relación con un hombre soltero o divorciado.