Suena simple, pero no es fácil,
sin embargo es el camino espiritual
que te lleva a ser dueño/a de ti mismo/a
y a la verdadera libertad.
Aquello que te molesta de los demás,
te enseña a trabajar la paciencia y la aceptación.
Aquel que te abandona,
te da la oportunidad de trabajar el desapego.
Aquello que desata tu ira al extremo,
te muestra que has de descubrir y trabajar la herida de infancia,
sanar la violencia heredada,
y estimular la calma y la compasión.
Aquellos que tienen poder sobre ti
para cambiar tus estados emocionales,
te enseñan que has de aprender a ser dueño de ti mismo.
Aquello que odias y repugnas en los demás,
es una oportunidad para trabajar el amor incondicional
primero hacia ti mismo/a
y luego hacia los demás.
Aquello que no puedes controlar,
te está mostrando que debes soltar y dejar fluir en entera libertad
sin que te perturbe.
Todo, absolutamente todo, es una proyección,
una manifestación de tu estado de conciencia,
que te está mostrando constantemente aquellos aspectos
de tu identificación con el "yo inferior" (el ego)
que debes observar, trabajar y trascender.
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*Editado por La Ruta de la Iluminación.