Muchísimo antes de que los gurús llegaran con los mantras y la meditación, las mujeres encontraban el momento y el modo para meditar. Llamémosle "ir en el tren rumbo al trabajo y mirar por la ventana", "caminar y pensar", "soñar despierta" o "no hacer nada". En ese momento nos venía a la mente una idea, o veíamos en todo su esplendor algo bonito, o bien recordábamos un sueño o una conversación. Era una especie de reunión interna de duración indefinida en la cual el silencio invitaba a rememorar pensamientos, imágenes y sentimientos en un lugar más espacioso, situado en la mente o el corazón, observarlos, cuestionarlos o valorarlos por encima.
En la actualidad se enseña la introspección, pero muchas mujeres la llevan a cabo de un modo natural. Si te gusta disfrutar de tu propia compañía, valoras el tiempo que pasas sola y descubres, a medida que envejeces, que pareces haberte vuelto más introvertida, es muy probable que hayas estado practicando tu propia forma de meditación.
Jean Shinoda Bolen.
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