Luego de la energía usada sin límites por Leo, llega Virgo a poner los pies en la tierra. Es un signo práctico, hábil en los trabajos que desarrolla. Tiene una gran capacidad de realización y su eficiencia es reconocida por todos. A menudo encontramos a las personas que pertenecen a Virgo, en lugares dedicados al servicio a las personas: ya sea un centro estético, un médico o un abogado, hace poca diferencia: el servicio es su misión. Por servicio se entiende realizar un trabajo que luego sea útil a otra persona. No se debe interpretar como ponerse en una posición de sacrificio. Virgo no se sacrifica, excepto por las cosas que pueden traerle una cierta utilidad. La cualidad de servicio que el signo posee, unido a su elemento transformador, lo hace capaz de mejorar todo lo que pasa por sus manos.
Quita lo superfluo, lo inútil, deja lo esencial y todo lo que sirve a un propósito. Muy racional, es lúcido al "ver" las situaciones que vive diariamente, a menudo manifestando también fuertes críticas allí donde encuentra la imperfección. Esta actitud, que muchas veces hace consigo misma, la vuelve hipercrítica y por lo tanto autodestructiva. Sin embargo, si encuentra un equilibrio entre el ideal que se persigue y la realidad de las cosas, tiene la capacidad de mejorar de manera constructiva. Como objetivo principal busca la perfección, incluso la de sí mismo. En su mente, por lo demás muy activa, conserva el ideal de la belleza, de la perfección y de la pureza. Por desgracia, este ideal es precisamente un ideal y choca con la imperfección humana. Por lo tanto, cuando se enfrenta a este ideal inalcanzable, se vuelve hipercrítico hacia sí mismo y siente íntimamente que no está a la altura, que no es digno, aunque luego externamente no lo expresa. Entonces se centra en los errores de las personas que la rodean.
El planeta gobernador es Mercurio. Aquí Mercurio es la mente selectiva, la mente que archiva y que percibe los más mínimos detalles. Como el halcón que desde su altura es capaz de ver incluso un pequeño gusano, así la mente mercurial de Virgo percibe incluso una pequeña imperfección y la quita. O mejor dicho, lo intenta porque no siempre es posible. Las imperfecciones son parte de la vida, y representan las características que nos distinguen unos de otros y eliminarlas quitaría algo de personal. Muchos Virgos recurren a la cirugía estética precisamente por la búsqueda constante de la perfección a la que aspiran. En el fondo, si se reflexiona sobre ello, es la exagerada autocrítica hacia sí mismo que crea externamente la búsqueda de la belleza perfecta.
El servicio, que constituye una buena parte de la estructura energética de este signo, interviene utilizando la humildad, es decir, la capacidad de observar con actitud objetiva los aspectos de sí mismos que no van bien. Luego, ya sea que los modifique o no, depende de muchos factores.
Por desgracia esta cualidad suya, si se toma en negativo, se transforma en un fuerte juicio hacia la propia imagen y el propio ser, llegando a ser demasiado exigente con sus capacidades. Entonces cruza sus límites sólo para demostrar que no está limitado. Pero es precisamente el signo de los límites, que se convierten en los medios de que dispone y de la investigación para utilizarlos de la mejor manera posible. La humildad debe servir a tomar conciencia de lo que uno es capaz de hacer y de aceptarse por lo que es.
Quien nace bajo el signo, antes que nada deberá hacer la paz con su parte femenina, luego tiene la tarea de poner sus talentos al servicio de los demás sin olvidar sus propias exigencias personales.
Quita lo superfluo, lo inútil, deja lo esencial y todo lo que sirve a un propósito. Muy racional, es lúcido al "ver" las situaciones que vive diariamente, a menudo manifestando también fuertes críticas allí donde encuentra la imperfección. Esta actitud, que muchas veces hace consigo misma, la vuelve hipercrítica y por lo tanto autodestructiva. Sin embargo, si encuentra un equilibrio entre el ideal que se persigue y la realidad de las cosas, tiene la capacidad de mejorar de manera constructiva. Como objetivo principal busca la perfección, incluso la de sí mismo. En su mente, por lo demás muy activa, conserva el ideal de la belleza, de la perfección y de la pureza. Por desgracia, este ideal es precisamente un ideal y choca con la imperfección humana. Por lo tanto, cuando se enfrenta a este ideal inalcanzable, se vuelve hipercrítico hacia sí mismo y siente íntimamente que no está a la altura, que no es digno, aunque luego externamente no lo expresa. Entonces se centra en los errores de las personas que la rodean.
El planeta gobernador es Mercurio. Aquí Mercurio es la mente selectiva, la mente que archiva y que percibe los más mínimos detalles. Como el halcón que desde su altura es capaz de ver incluso un pequeño gusano, así la mente mercurial de Virgo percibe incluso una pequeña imperfección y la quita. O mejor dicho, lo intenta porque no siempre es posible. Las imperfecciones son parte de la vida, y representan las características que nos distinguen unos de otros y eliminarlas quitaría algo de personal. Muchos Virgos recurren a la cirugía estética precisamente por la búsqueda constante de la perfección a la que aspiran. En el fondo, si se reflexiona sobre ello, es la exagerada autocrítica hacia sí mismo que crea externamente la búsqueda de la belleza perfecta.
El servicio, que constituye una buena parte de la estructura energética de este signo, interviene utilizando la humildad, es decir, la capacidad de observar con actitud objetiva los aspectos de sí mismos que no van bien. Luego, ya sea que los modifique o no, depende de muchos factores.
Por desgracia esta cualidad suya, si se toma en negativo, se transforma en un fuerte juicio hacia la propia imagen y el propio ser, llegando a ser demasiado exigente con sus capacidades. Entonces cruza sus límites sólo para demostrar que no está limitado. Pero es precisamente el signo de los límites, que se convierten en los medios de que dispone y de la investigación para utilizarlos de la mejor manera posible. La humildad debe servir a tomar conciencia de lo que uno es capaz de hacer y de aceptarse por lo que es.
Quien nace bajo el signo, antes que nada deberá hacer la paz con su parte femenina, luego tiene la tarea de poner sus talentos al servicio de los demás sin olvidar sus propias exigencias personales.