Esta semana el signo dominante es Virgo. Tenemos a Venus que entra en este signo el miércoles y la Luna Nueva en Virgo el mismo día. Marte y Mercurio siguen en el signo de la Diosa Virgen energizando el poder de la Mente analítica y sus estrategias y capacidades para la acción. Venus en Virgo tradicionalmente se considera en “caída”; la Diosa del amor aparentemente no está muy a gusto en un signo tan racional. Pero si miramos un poco más profundo podemos descubrir el lado espiritual de esta Venus: es la Sacerdotisa de los antiguos templos dedicada a llevar la Luz y la Plenitud a la tierra. A veces en su aspecto luminoso se asocia a la Diosa de las cosechas, Deméter, y otras veces, en su aspecto más oculto, a Perséfone la doncella que fue abducida e iniciada a los misterios oscuros de Hades. En un nivel práctico esta Venus nos puede ayudar a no perdernos en los demás y a mantener nuestro camino a la perfección y la plenitud. Nos viene especialmente útil esta semana al tener Neptuno dos aspectos difíciles. Al principio de la misma estará en oposición con Mercurio y al final con Marte. Es posible que nos sintamos ofuscados y un poco ingenuos. Los contactos Mercurio –Neptuno predisponen a caer bajo los engaños y las ilusiones pero si usamos su energía a nuestro favor, la oposición nos ayudará a ser más intuitivos y a ver más allá de los velos. Marte en oposición a Neptuno nos puede dar mucho cansancio y pereza, además de cierta confusión también acerca de lo que tenemos que hacer exactamente. El antídoto a las brumas del Dios del Mar es la potencia de los planetas en Virgo que con su sentido práctico, su afilado análisis y su sana desconfianza pueden protegernos de ahogarnos en la confusión. La Luna Nueva del miércoles por la mañana nos puede dar este empujoncito hacia un compromiso renovado. Las energías afines para nuestra lista de aspiraciones son el trabajo, las dietas y el ejercicio, mejorar en todos los aspectos y ser más eficaces. El Sol finalmente abandona a Virgo el viernes y entra a las 22.02 horas en Libra, evento celeste que marca el equinoccio y comienzo del otoño en el hemisferio norte (Primavera en hemisferio sur). Podemos celebrarlo dando la bienvenida al otoño (o primavera) con algún ritual o simplemente dar las gracias por lo que hemos conseguido a lo largo de los meses de la luz (oscuridad), limpiar y preparar nuestro hogar para retirarnos a gusto en los meses de más frío y oscuridad, y sobre todo buscar la unión de la luz y de la sombra en nuestro interior.
Sol en Libra busca armonía, belleza y paz.
Es el momento de volver a restaurar el equilibrio en nuestro mundo.
¡Feliz equinoccio y comienzo de otoño/primavera!.
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