La Luna en Piscis se opone a Sol en Virgo (a 24° 20’ grados); está oposición,
que vemos como Luna Llena, es exacta este viernes 16 de septiembre a las 21:05,
hora española. Los nodos se encuentran a 12° 45 grados, nodo sur en Piscis
y nodo norte en Virgo. Quirón a 23°de Piscis; está conjunto a la Luna.
La inspiración para este eclipse me la proporciona un poema de W.B Yeats “La canción del errante Aengus” que empieza con la frase:
“Fui al bosque de avellanos,
Porque sentía un fuego en mi cabeza…”.
Vi al visionario, aquel que no puede quedarse en casa con el ruido de la gente, sino que necesita la quietud del bosque, de la soledad y del silencio. Es el principio de un viaje a lo infinito durante el cual cualquier cosa puede pasar. De hecho, Aengus se encontró con la imagen de su alma en este bosque, una chica misteriosa que del mismo modo que aparece de la nada, se evapora.
“Fui a avivar las lenguas de fuego,
Pero algo susurró en el suelo,
Y alguien me llamó por mi nombre:
Se había convertido en una joven de sutil resplandor
Con flores de manzano en su cabello
Que me llamó por mi nombre y corrió
Y se desvaneció en el claro aire.”
¿No nos pasa eso muchas veces? De la nada, vibrante, se manifiesta un sueño que nos fascina, nos hechiza y nos atrapa. Saturno diría que nos hemos perdido persiguiendo un espejismo, pero Neptuno, en ese misterioso bosque de avellanas, tiene magia y solo la descubriremos si nos arriesgamos. Neptuno es el señor de este eclipse. Su poder es fuerte en su signo Piscis; todavía retrógrado, más onírico que nunca. Sigue conjunto al Nodo Sur, sus sensaciones evocan el pasado, sueños olvidados…tierras y paisajes que vimos, pero no vimos…y que probablemente no pertenecen a nuestro mundo de ahora. ¿Los querremos esos recuerdos, esos desiertos y esos misterios? El poder del eclipse abre un portal hacia esa parte etérea nuestra que ve más allá de los velos.
Durante la Luna Llena surgen poderosas fuerzas del inconsciente y se apoderan de nuestra mente diurna. Al igual que los lobos aúllan a la Luna, esas partes aúllan recluidos en nuestro interior y solo, y únicamente, la Magia de la Luna las libera, las suelta y les da libertad. Las emociones se agitan, las intuiciones nos atropellan, flashes de comprensiones, anhelos, sentimientos que a veces incluso sentimos como ajenos, extrañas criaturas de espacios ocultos y dimensiones olvidadas.
Quirón está conjunto a la Luna en Piscis por lo tanto el otro Señor de este Eclipse es Quirón. No va ser fácil. Quirón nunca es fácil. Aun así, él mismo herido eternamente, nos acoge, nos hace espacio, nos sana si se puede, y sino nos acepta de una forma brutalmente incondicional. Quirón ama a los vulnerables, los aparentemente frágiles, los que encuentran su fuerza en los recovecos de un corazón roto una y otra vez. Quirón más que sanar hace espacio para que se diluya lo que nosotros etiquetamos como “herida”. Los humanos interpretamos realidades dándoles nombres. Quirón es transpersonal. No necesita nombres. Está presente con lo que es. Nos recupera. Nos recoge. Pero no nos obliga. El universo nunca obliga, solo abre puertas, solo ofrece posibilidades. Configura eternamente ilusiones para que crezcamos, nos liberemos y soltemos. De eso trata exactamente ese eclipse: de soltar, de terminar capítulos, de dejar atrás vidas y actitudes que se nos han hecho pequeñas, de ver el pasado con claridad. No hay que olvidar que el Sol está en Virgo: ilumina y discierne y el análisis de Mercurio retro enfoca en lo que fue, lo revisita y lo disecciona para finalmente permitir que las cenizas se esparzan al viento.
No va ser fácil el eclipse porque Saturno cuadra a los nodos y Marte a Sol-Luna. Saturno nos pone a prueba y Marte con su fuego sagitariano es impaciente. Ambos quieren resultados, a corto y a largo plazo. Pero Neptuno y Quirón hablan otro lenguaje...un lenguaje que ellos nunca van a entender.
Termina el poema:
“Aunque ya estoy viejo de vagar
Por tierras bajas y tierras montañosas,
Descubriré dónde se ha ido,
Y besaré sus labios y tomaré sus manos;
Y caminaré por la larga hierba moteada,
Y recogeré hasta el fin de los tiempos
Las plateadas manzanas de la luna,
Las doradas manzanas del sol.”
¿No es bonito este final? Las plateadas manzanas de la Luna y las doradas manzanas del Sol son el fruto de este trabajo alquímico, de sumergirnos en nuestras propias ilusiones, encontrar su esencia vacía y volvernos uno; Luna y Sol en lugar de opuestos, unificados.
Os deseo un eclipse transformador y liberador.
Copyright© Margit Glassel
13 de Septiembre, 2016
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