La Medicina Tradicional China distinguen cinco sabores: dulce, salado, picante, amargo y ácido. Cada sabor tiene correspondencia directa con los órganos del cuerpo con sus respectivas emociones: El sabor dulce está relacionado con el Bazo Páncreas y Estómago; el sabor salado con Riñones y Vejiga; el picante con Pulmones e Intestino Grueso; el amargo con el Corazón e Intestino Delgado y el ácido con Hígado y Vesícula Biliar.
Cada sabor tomado en moderada cantidad tonifica el órgano relacionado y es beneficioso para todo el organismo pero si se abusa de algún sabor en particular éste dañará los órganos en cuestión. Por ejemplo: una cucharada pequeña de miel de abeja nos suministra energía, tonificando Bazo y Estómago; ambos órganos promotores de energía según la Medicina tradicional China. Un enorme pedazo de torta, en cambio, dañará a ambos órganos evidenciando síntomas característicos como: mucosidades, humedad, pesadez, hinchazón abdominal, etc. El exceso de sabor picante genera calor interno en el estómago y el exceso de sabor amargo reseca la piel
Hay alimentos que tienen más de un sabor, por ejemplo la naranja es ácida y dulce, el aceite de ajonjolí es dulce y amargo, la cúrcuma es picante y amarga, el ajo tiene casi todos los sabores de ahí su gran poder terapéutico.
Una dieta equilibrada deberá contener todos los sabores, pero siempre debe predominar el sabor dulce (cereales por ejemplo) ya que según la Medicina China, el Bazo y el Estómago son el centro energético del organismo.
Los sabores también podemos aplicarlo a las emociones, sentimientos o actividades, por ejemplo; el amor o tener armonía familiar nos emite sabor dulce al cuerpo y mente, por lo tanto crea estabilidad (Elemento Tierra); por el contrario una desgracia familiar o decepción amorosa nos emite sabor amargo terminando por desequilibrar el sistema digestivo, pulmonar o cardíaco (Falta de apetito, ensimismamiento, ansiedad).
La televisión hoy en día, al menos en mi país, emite sabor picante (Discusiones, peleas, competencia, etc) terminando por afectar la energía del hígado y del corazón. La ambición y la codicia es salada por consecuencia termina por desequilibrar los riñones y sus respectivas correspondencias (Huesos, cabello, etc).
Tener un buen sueldo por nuestro trabajo o trabajar en algo que nos cause satisfacción nos emite sabor dulce al cuerpo y mente y de más es sabido que también genera estabilidad.
Las sustancias químicas que se utilizan para una anestesia por lo general son de sabor amargo; el exceso de sabor amargo afecta al corazón y al pulmón. Muchas personas que han sido operadas por algún motivo, han muerto repentinamente en el quirófano e inclusive días después de la intervención, sin que los familiares ni los mismos doctores sepan nunca la verdadera causa.
En la antigüedad, tanto en India como en China, para curar una enfermedad o arreglarle el karma a una persona, era necesario que el terapeuta tuviese un conocimiento perfecto sobre los sabores.
Cada sabor tomado en moderada cantidad tonifica el órgano relacionado y es beneficioso para todo el organismo pero si se abusa de algún sabor en particular éste dañará los órganos en cuestión. Por ejemplo: una cucharada pequeña de miel de abeja nos suministra energía, tonificando Bazo y Estómago; ambos órganos promotores de energía según la Medicina tradicional China. Un enorme pedazo de torta, en cambio, dañará a ambos órganos evidenciando síntomas característicos como: mucosidades, humedad, pesadez, hinchazón abdominal, etc. El exceso de sabor picante genera calor interno en el estómago y el exceso de sabor amargo reseca la piel
Hay alimentos que tienen más de un sabor, por ejemplo la naranja es ácida y dulce, el aceite de ajonjolí es dulce y amargo, la cúrcuma es picante y amarga, el ajo tiene casi todos los sabores de ahí su gran poder terapéutico.
Una dieta equilibrada deberá contener todos los sabores, pero siempre debe predominar el sabor dulce (cereales por ejemplo) ya que según la Medicina China, el Bazo y el Estómago son el centro energético del organismo.
Los sabores también podemos aplicarlo a las emociones, sentimientos o actividades, por ejemplo; el amor o tener armonía familiar nos emite sabor dulce al cuerpo y mente, por lo tanto crea estabilidad (Elemento Tierra); por el contrario una desgracia familiar o decepción amorosa nos emite sabor amargo terminando por desequilibrar el sistema digestivo, pulmonar o cardíaco (Falta de apetito, ensimismamiento, ansiedad).
La televisión hoy en día, al menos en mi país, emite sabor picante (Discusiones, peleas, competencia, etc) terminando por afectar la energía del hígado y del corazón. La ambición y la codicia es salada por consecuencia termina por desequilibrar los riñones y sus respectivas correspondencias (Huesos, cabello, etc).
Tener un buen sueldo por nuestro trabajo o trabajar en algo que nos cause satisfacción nos emite sabor dulce al cuerpo y mente y de más es sabido que también genera estabilidad.
Las sustancias químicas que se utilizan para una anestesia por lo general son de sabor amargo; el exceso de sabor amargo afecta al corazón y al pulmón. Muchas personas que han sido operadas por algún motivo, han muerto repentinamente en el quirófano e inclusive días después de la intervención, sin que los familiares ni los mismos doctores sepan nunca la verdadera causa.
En la antigüedad, tanto en India como en China, para curar una enfermedad o arreglarle el karma a una persona, era necesario que el terapeuta tuviese un conocimiento perfecto sobre los sabores.
Por Cesar Ramirez T.
diapordiamesupero.com