miércoles, 9 de julio de 2014

"Perdernos para Encontrarnos" Eckhart Tolle.


El espacio interior también aflora cuando renunciamos a la necesidad de enfatizar nuestra identidad con la forma. Esa necesidad le pertenece al ego y no es una necesidad verdadera. Ya hicimos una breve alusión a esto. Cada vez que renunciamos a uno de esos patrones de comportamiento permitimos que aflore el espacio interior. Somos más auténticos. Para el ego, parecerá como si estuviéramos perdidos, pero en realidad sucede todo lo contrario. Jesús nos enseño que debemos perdernos para encontrarnos.

Cada vez que renunciamos a uno de esos patrones, restamos peso a lo que somos en el nivel de la forma y nuestro verdadero ser se manifiesta más plenamente. Nos empequeñecemos para engrandecernos.

A continuación aparecen algunas de las formas como las personas tratan de enfatizar su identidad con la forma, aunque inconscientemente. Si nos mantenemos en estado de alerta, podremos detectar algunos de esos patrones inconscientes en nosotros mismos:


- exigir reconocimiento por algo que hicimos 
y molestarnos o enojarnos al no recibirlo;

- tratar de llamar la atención hablando de nuestros problemas
 o de nuestra enfermedad,

- o haciendo una escena;

- dar una opinión cuando nadie la ha pedido 
y no contribuye en lo absoluto a la situación;

- preocuparnos más por la opinión que el otro tenga de nosotros, 
que por la otra persona, es decir, 
utilizar a los demás para reflejar nuestro ego o fortalecerlo;

- tratar de impresionar a los demás con nuestras posesiones, 
conocimiento, aspecto físico, posición social, fortaleza física, etcétera;

- reforzar momentáneamente al ego a través de una reacción airada 
contra algo o alguien;

- tomarnos las cosas a pecho, sentirnos ofendidos;

- reafirmar que tenemos la razón y que los otros están equivocados 
a través de quejas mentales o verbales inútiles;

- mostrarnos importantes o aparentar que lo somos.

Una vez detectado ese patrón interior, conviene hacer un experimento. Averigüe cómo se siente y qué sucede cuando renuncie a ese patrón. Sencillamente abandónelo y vea qué sucede.

Otra manera de generar conciencia es restarle peso a lo que somos en el nivel de la forma. Descubra el poder enorme que fluye desde su interior para proyectarse sobre el mundo una vez que logre restarle peso a su identidad con la forma.

LA QUIETUD


Se ha dicho que "la quietud es el lenguaje de Dios y todo lo demás es una mala traducción".

Quietud es sinónimo de espacio. Al tomar conciencia de la quietud cada vez que la encontremos en la vida podremos conectarnos con la dimensión informe y atemporal que vive en nosotros y que está más allá del pensamiento y del ego. Puede ser la quietud que invade al mundo de la naturaleza, la quietud de nuestra habitación al amanecer o los vacíos de silencio entre los sonidos. La quietud no tiene forma y es por eso que no podemos tomar conciencia de ella a través del pensamiento.

El pensamiento es forma; tomar conciencia de la quietud significa estar quedos; estar quedos es estar conscientes sin pensar. En ningún otro momento somos más esencialmente nosotros mismos que cuando estamos en estado de quietud. En ese estado somos lo que éramos antes de asumir transitoriamente esta forma física y mental llamada persona. También somos lo que seremos cuando la forma se disuelva.


Cuando estamos quedos, somos lo que somos más allá
de nuestra existencia temporal: 
conciencia informe, eterna.

Eckhart Tolle, en "Una Nueva Tierra".
Imagen Forest landscape by Hans Van Wijck 

Marcela Paz.
Santiago - Chile.