domingo, 3 de julio de 2011

Tu espíritu ¿cuánto puede dar?. Doña Magdalena.


Alejandro Jodorowsky:

Niño querido del alma, la finalidad de este trabajo espiritual es encontrar lo mejor de ti, ser completamente positivo, ningún sentimiento decadente, deprimente, sino todo lo contrario, todos los sentimientos son luminosos y de una inmensa bondad. Seguro que ahora no llegas a ese estado, pero imaginálo y acercarte poco a poco, como un gato hacia su presa para encontrar ese estado.

Hoy vamos a trabajar una posición de manos que debe tener cinco o diez mil años.

Vamos, niño querido del alma, abre bien tus manos, doblas tus pulgares hacia las palmas, los encierras con tus cuatro dedos. Tienes los pulgares empuñados… Estos dos puños que encierran a tus pulgares ponlos tocándose frente a frente a la altura de tu ombligo. Las uñas de los ocho dedos se muestran hacia tus ojos; con la cabeza inclinada no cesas de mirarlas. Siente los pulgares ahí dentro.

Hay que comprender esta posición. Esta posición es la raíz, la matriz, la posición del feto y de la persona que ha muerto.

Aquí todo está en germen, todo es posible con las manos así. Los pulgares están dentro. Esta es la base de todos las manos mágicas. Si no aceptas esto, no aceptas el nacimiento y si no aceptas el nacimiento no puedes hacer el don.

Cuando haces esta posición, la haces porque eres como un recién nacido, la haces porque quieres crecer, e ir hacia la vida. Cuando haces esta posición en la agonía, eso quiere decir que es un nuevo nacimiento, que después de tu muerte hay una vida eterna, una continuidad. Luego es una posición de nacimiento todo el tiempo, al comienzo y al final.

Es una posición que promete todo. Es recoger la e nergía profunda de ti mismo, una energía positiva. Para poder sentir bien esta posición hace falta que clarifiques tus pulgares, que simbolizan los cuatro elementos, el fuego, la tierra, el agua y el aire, o el intelecto, lo emocional, lo sexual y lo corporal. Estos cuatro elementos retienen la vida y tú, para poder vivir, retienes la vida en tu vehículo. Tus pulgares están com-ple-ta-men-te activos dentro de tus puños. Siente tus pulgares como bombas atómicas, tan potentes son. En tus pulgares está la energía del universo y la retienes, completamente. Es todo lo que ahora tienes. Nada más.

Tienes toda la energía posible. Tienes la energía en la mano izquierda receptiva y estas preparado para recibirlo todo. Y en la mano derecha tienes toda la energía activa. Tus pulgares van a trabajar juntos, van a hacer una unidad de lo que es positivo y de lo que es negativo. Están aquí, en tí, profundamente en tu centro. Para poder actuar hace falta que te centres hacia tí mismo, aceptar q ue tu nada es infinita potencia.

La potencia de esta posición es la potencia de una matriz total. Cuando tienes los pulgares así, te tienes a ti mismo. Te cierras al mundo para crearte. Hay momentos de dar y hay momentos de hacerse. En tus pulgares te aceptas como una persona que merece nacer. Tu mano izquierda será tu madre, tu mano derecha será tu padre. Expresas la voluntad total de hacerte nacer y te aceptas como materia primera, absolutamente y totalmente. Abandona toda crítica sobre tí mismo y no hay nada que no puedas aceptar de tí. En cualquier duda, vuelves a ti, a tu pulgar. Tu pulgar es como una luz, tienes la luz, tienes la vida en tu mano. Lo mínimo que tienes es la vida. Tu más gran tesoro es tu vida. Ese pájaro que está cantando ahora, canta a la vida. La vida canta.

Entonces reconoces que tu vida es tu tesoro. De esa mano cerrada va a nacer tu gran templo. Todo lo que las manos harán va a nacer de esa mano cerrada. Así te das la fuerza a ti mismo. Cuando cierras así la mano, no actúas todavía en el mundo, estás actuando sobre ti, lo que estás haciendo es re-co-no-cer-te. Eres una tierra fértil. Sea lo que sea lo que vas a sembrar en ti, crecerá. En tus cuatro dedos la vida ha sido plantada, en la oscuridad.

No tienes miedo de la oscuridad, porque la oscuridad es tu base. Es de la oscuridad de donde vas a nacer, luego aceptas esta oscuridad. Aceptas esta soledad en la que estás porque es una soledad rodeada de universo. Tú eres el centro del universo. Estás gestándote a ti mismo, con toda la fuerza, toda la voluntad, toda la salud, toda la po-si-bi-li-dad. Si tú no te reconoces, no puedes hacerte y no puedes hacer, no puedes dar. Hasta que no te hayas dado a tí mismo no puedes dar a los otros. Entonces va a darte. Habla así:

”Por esta posición me encierro sobre mí mismo y me doy la existencia. Todo lo que me han negado, yo me lo doy. Si me han negado el sitio, yo me doy mi sitio. Si me han negado la vida, yo me doy la vida. Si me han negado la prosperidad, yo me doy la prosperidad. Si me han negado la potencia creativa, yo me doy la potencia creativa, y me doy la capacidad de amar, y la inteligencia y el valor, yo me doy todas las posibilidades de un ser humano. Me reconozco a mí mismo. Yo soy un ser que será ayudado porque yo me ayudo, que será realizado porque yo me realizo en este momento. Soy un ser que tendrá la vida, porque acepto la vida. Yo voy a ser lo que debo ser, tal como soy. Soy la programación de un ser esencial. Y ahora, que estoy lleno de mi fuerza, en este momento que soy lo que soy, entonces puedo dar. Todo lo que he obtenido para mí, puedo darlo. Ofrezco, estoy ofreciendo a toda la humanidad, a la humanidad viviente. Estoy ofreciendo la vida a todos los seres conscientes, a todos los seres vivos, a tod os los seres que han existido, porque yo soy la continuación de su trabajo. Estoy ofreciendome a todos los seres que vendrán, porque es para ellos para los que trabajo. Es un gesto de ofrenda; porque yo sostengo el calor del mundo en mis manos.”

Ahora, niño querido del alma, conoces la significación del servicio, ya sabes y por eso te pueden servir a ti. Has aprendido a dar servicio, es muy importante. Dar servicio al otro, al mundo, a la divinidad. Cuando la fuerza universal quiere emplearte, tú das servicio. En los momentos críticos, cuando hay crisis, está ahí para dar servicio. Tú ayudas, das la limosna, ofreces todo lo que eres.

En esta posición, imagínate que eres un ser sagrado, ima gínate que el mundo te pide. Observa lo que puedes ofrecer y lo que retienes. En tu imaginación no retengas nada, en esta posición debes dar todo. Más se te pide y más tú das. Tu capacidad de dar es infinita porque transmites la vida universal. Recibes y das. Estás aquí para dar, para prestar servicio. No guardas nada para ti.

Ofreces tu ego, ofreces tu vieja personalidad que siempre has arrastrado, ofreces tus viejos límites, todo lo que puede definirte, tu personalidad. En tu ofrenda te vuelves anónimo, eres un ser esencial. Un gato es todos los gatos, un hombre es todos los hombres, una mujer es todas las mujeres. Detrás de ti y delante de ti están todos los hombres y mujeres de la humanidad, los que han existido y los que existirán. Tú colmas el deseo de los otros.

Y te llevo más lejos, porque te ofrezco la verdad. ¿Qué verdad te ofrezco? Voy a decírtelo enseguida:

Abre las manos y acaricia al aire pensando que es un inmenso ser viviente. Deja deslizarse por tus manos abiertas un río caudaloso de amor. Estás trayendo la consciencia al mundo. Enseñas el espejo de la consciencia. Enseñas todo el espacio, el infinito y la eternidad.Y la punta de tus dedos son luces. En la mano izquierda hay néctar de frutas que cae hacia la tierra. En la mano derecha hay un pan que lanzas hacia el cielo. Tú estás aquí para nutrir el cielo y la tierra.

Imagina tu cuerpo iluminado como una luz, y le das esa luz a todo el mundo. Con tus manos transmites el amor del mundo, la consciencia del mundo, la energía del mundo. Vas a curar toda enfermedad, a prestar servicio. Estas curando el mundo porque tú mismo te has curado. Por esas caricias que das al aire ayudas a mejorar la pobreza del mundo, elevas el nivel de la gente, y como eres una luz, llamas a todos los seres que se han perdido, los llamo hacia ti, y les enseñas, de la misma manera en que yo te enseño a ti.

Observa cuánto puedes hacer , hasta dónde puedes ir. Ahora por fin estás dando, no pidiendo.

Tu espíritu ¿cuánto puede dar?. ¡Respóndete, niño querido del alma!

Doña Magdalena - Alejandro Jodorowsky.