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Annick de Souzenelle: Todos tenemos un nombre de pila antes del apellido, y un nombre divino antes del nombre de pila.
Los dientes son las almenas de la fortaleza que protege el nombre divino y la lengua la espada que lo defiende. El nombre divino de cada uno es raramente conocido, porque si fuera pronunciado entraría automáticamente en resonancia y tendríamos una atracción irresistible hacia dicha vibración.
O Como dice Alejandro Jodorowsky:
Llevamos nuestro nombre en las células, todo el que nace tiene un nombre secreto. Dice Alejandro Jodorowsky que podemos hacer aparecer a nuestro guía interior y pedirle nuestro nombre (En un ejercicio de meditación o de visualización). Todos tenemos un guía interior y hay que buscarlo. No podemos visitar nuestro mundo interior si no vamos acompañados de nuestro guía personal. Ese nombre será nuestro secreto que no hemos de revelar a nadie.
Plano Creativo.
Marcela Paz.
Chile.