La honestidad puede resultarte muy dolorosa al principio. Pero a medio plazo te libera de la cárcel mental en la que tú mismo te has encerrado. Te permite afrontar la verdad acerca de quién eres y de cómo te relacionas con tu mundo interior. Así es como inicias el camino que te conduce hacia tu salud y bienestar espiritual. Cultivar la honestidad provoca una serie de efectos terapéuticos. Entre otros beneficios, destacan las siguientes cualidades, fortalezas y virtudes. Utilízalas a modo de indicadores, para verificar si verdaderamente te has curado, erradicando de raíz la enfermedad del autoengaño.
⎯ Disminución del miedo a conocerte y afrontar cara a cara tu lado oscuro.
⎯ Incapacidad para seguir llevando una máscara para agradar a los demás y ser aceptado por tu entorno social y laboral.
⎯ Menor habilidad para meter debajo de la alfombra tus problemas y conflictos emocionales.
⎯ Fortaleza para cuestionarte, identificando la falsedad y las mentiras que pueden estar formando parte de tu vida.
⎯ Pérdida de interés en justificarte cada vez que alguien señala alguno de tus defectos.
⎯ Aumento de motivación para desarrollar tu potencial como ser humano.
⎯ Frecuentes episodios de alivio por no tener que fingir ser quien no eres y tampoco necesitar ser aprobado por la sociedad.
Fragmento extraído de "El Prozac de Séneca",
escrito con mi pseudónimo Clay Newman.
Imagen de www.guiadelnino.com