miércoles, 24 de noviembre de 2010

"Solo tu condicionamiento te está limitando". Paul G. Lowe.



Intentaré explicarles algo que es muy difícil de explicar... Lo han oído antes y puede que crean que lo han comprendido, pero no es así. No saben quiénes son, pero creen saberlo.

La situación se asemeja un poco a ésta: han hecho un viaje largo y con mucha prisa conduciendo su automóvil durante muchas horas. Han conducido y conducido sin bajarse del auto. Ya cuando llegan a su destino 24 horas después, se han identificado a tal grado con el automóvil que cuando se les desinfla una rueda creen que algo malo les pasa a ustedes. Si el motor se descompone, crees que algo te pasa a ti. Si llevan a tu automóvil a la desarmaduría, crees estar muerto. No eres tu cuerpo. No eres tu mente ni eres tus emociones.

Tu cuerpo, tu mente, tus emociones, tus instintos, tus reflejos, tus reacciones, todo ello pertenece a la máquina dentro de la cual vives. La máquina nació con muchos instintos, con muchos reflejos automáticos, y muchos más le han sido agregados mediante el condicionamiento. No eres esa máquina.

Si alguien insulta a lo que llamas "tú" y se produce una reacción, no eres tú quien está reaccionando: ésa es la máquina. Si no has despertado a esa realidad, crees ser tú quien está reaccionando. Si algo ocurre y te sientes triste, no eres tú quien siente tristeza. La máquina está pasando por un ciclo, y puedes identificarte con eso o puedes observarlo. Tienes esa elección, pero nadie te enseñó que la tienes, y por tanto no te has entrenado a realizar esa elección.

Es una máquina, y es una máquina estupenda y muy hermosa, pero no eres eso... a menos que quieras serlo. Y entonces puedes identificarte a tal punto con ella que crees ser ella. Si esa máquina que barre la nieve allá afuera chocara con la casa y ésta se te desplomara encima, a ti no te pasaría nada. Puede que tu cuerpo terminara allí, pero nada puede ocurrirte a ti. Nada bueno ni nada malo. Si te permites vivenciar eso, sentirás que no tienes un hogar.

Esa máquina en la que vives está muy fuertemente programada para la supervivencia. En realidad, hay enormes partes de la máquina que no tienen otra función que alertarte para la supervivencia: la supervivencia de la máquina. El dolor físico forma parte de esa programación. El dolor dice: "Debes cuidar de esta parte, está teniendo problemas". Lo mismo hacen la mente y las emociones: están centradas en la supervivencia.

Este instinto de supervivencia alcanza su mayor éxito cuando logras estar a salvo, seco, a la temperatura correcta, con la compañía adecuada y un ciclo de reproducción. La programación de la supervivencia te llevará hacia el dinero y las posesiones, ser aceptado y admirado, estar con la pareja adecuada y tener un futuro seguro y a salvo de problemas. Si eso alguna vez ocurre, algo en ti despertará al hecho de que esto no es suficiente: te aburres. La gente que logra estas cosas comienza a ingerir drogas, a beber, y comienzan a ser auto-indulgentes en el sexo o los placeres, pues la supervivencia no es un fin en sí. Tu máquina no sabe eso.

Algo en ti sí lo sabe. Algo en ti sabe que viniste aquí a experimentar un proceso. Para algunas personas, ese proceso es completar cosas. Completar energías -a veces lo denominan karma- o desequilibrios producidos en el pasado debido a la inconsciencia. Otros vinieron aquí a ayudar a otras personas a realizar esta completación. Otros vinieron a realizarse a sí mismos: esto es, darse cuenta de todas las cosas que les he dicho y vivirlas y experimentarlas. Y algunas personas vinieron a elevarse por encima de esto: esto es, a incluír todas esas cosas, permanecer y funcionar en el cuerpo y también ser capaces de movilizarse a otras dimensiones, de conocer otras dimensiones más allá de ésta. Otros vinieron a hacer todo esto y además traer una experiencia, un sabor de esas otras dimensiones a ésta, para ayudar a otra gente y también para divertirse.

Porque existe un nivel de consciencia que, al ser realizado enteramente, permite que el cuerpo no necesite morir: el cuerpo puede trascender. Y ésas son las historias que han oído acerca de Jesús y María y otros, que se elevaron al Cielo. No se elevaron al Cielo: simplemente disolvieron esta forma y se movilizaron a otra dimensión.

Cada una de las cosas de las que les estoy hablando están a su alcance: cada una de ellas. En el pasado, esto implicaba muchísimo trabajo, y en eso consistía el juego. El juego consistía en luchar y esforzarse en estos niveles de dualidad de forma de tener experiencias. Esta es una palabra clave en esta dimensión: experiencia. Es casi exclusiva de esta dimensión a la que llamamos Planeta Tierra. Experiencia. No viniste aquí a estar seguro y a salvo. Viniste aquí a experimentar. Y no importa qué es lo que experimentes. Viniste aquí a estar abierto a todas las posibilidades. Viniste aquí a experimentar lo que llamas "errores". Viniste aquí a experimentar tu inconsciencia.

No es posible que te equivoques, pues eso no existe. Lo que llamas "erróneo" es una actitud de tu máquina: no guarda ninguna relación con las dimensiones superiores ni con nadie que sepa algo de la realidad. No existe lo "erróneo". Sí existe lo "placentero" o lo "desagradable", y esas cosas las determinas tú mediante tu aceptación o rechazo. En un nivel, gran parte de lo que les estoy diciendo puede parecer ciencia ficción o un cuento de hadas o un total absurdo. Esa es la personalidad. En otro nivel, sabes exactamente de qué te estoy hablando, porque no te estoy diciendo nada que no sepas.

Cuando te acercas a mí, vienes con tu personalidad, y no es eso con lo cual yo estoy en contacto. Ya eres un ser realizado. El tiempo no existe. El tiempo es un concepto de esta dimensión que hemos creado. Para poder crearla, tuvimos que crear la dualidad: correcto e incorrecto, bueno y malo y lejos y cerca. Estas cosas sólo existen en tu mente. El tiempo no existe. Así que, quienquiera que pienses haber sido -en esta vida o en otras-lo eres ahora. Quienquiera que creas que vas a ser, en esta vida o en otras dimensiones, lo eres ahora. Todas esas dimensiones existen ahora. Y, puesto que te has identificado con tu vehículo, con tu máquina, te quedas atascado en esta dimensión.

Mientras se hallen en este Proyecto, se estarán liberando de esa identificación. Viajarán en sus sueños. Recibirán enseñanzas durante sus sueños. Se les enseñarán cosas que ya saben y que deberán manifestar en este plano. Mientras les hablo, su personalidad cree que esto es imposible. Es imposible para la personalidad, pero tú vas a trascenderla. Tu personalidad seguirá "personalizando", seguirá siendo un personaje. Y tú vas a estar más consciente de ese espacio atemporal que hay en tu interior. Comenzarás a tomar consciencia de cosas que siempre has sabido. Existe una esencia básica, un material fundamental. A esto se le ha llamado "Dios", se le ha llamado "amor", se le ha llamado "consciencia universal". No puede dársele un nombre. Existe una sustancia básica. Esa sustancia modificó su vibración y se transformó en lo que llamas "yo". Modificó su vibración y se transformó en una roca; modificó su vibración y se transformó en un árbol o en nieve. Pero es la misma sustancia, y nunca pierde su conexión.

Es muy frecuente que una persona se identifique con su rol. Un policía cree ser un policía. Olvida que está cumpliendo el papel de policía. Estás cumpliendo el papel o jugando el rol de ser humano, y has olvidado que no eres un ser humano. Es un rol, es algo que has creado con un propósito determinado. Es doloroso ser un policía, es doloroso ser un ser humano si estás identificado con el rol. Crees que has nacido, crees que te estás muriendo. Crees que te están insultando, crees que te están engañando. Cuando te das cuenta de esto, eres libre. A tu cuerpo le seguirá siendo posible sentir dolor. Tus emociones aún podrán sentir agrado o desagrado. Tu mente seguirá siendo una mente. Pero tú no estarás identificado. No como una idea, no como algo que has leído u oído. Pero serás libre.

Uno de los caminos hacia esa libertad es ser absolutamente honesto contigo mismo y con los demás. Si no sabes, no sabes. Si no estás seguro, no estás seguro. Si estás sintiendo algo y no sabes si comunicarlo o no, comunícalo. Si hay algo que desees y no estás seguro de si deberías o no intentar obtenerlo, intenta obtenerlo. Si hay algo que te hace sentir incómodo, colócate una y otra vez en esa situación hasta que ya no te sientas incómodo. Si hay algo que no has hecho y sientes que necesitas hacerlo, hazlo. Y házlo, y házlo hasta que deje de inquietarte. No es imposible; ni siquiera es difícil, a menos que lo examines desde tu vieja perspectiva, el punto de vista que siempre has asumido en el pasado. Si dejas ir todo, si dejas ir tus preferencias, ya eres libre. Estarás listo y preparado para cualquier cosa que surja. Si deseas quedarte con ese hombre o esa mujer o ese empleo o esa casa o ese gato o ese niño, estarás atascado, y esto te producirá dolor. Deja que todo se vaya, y lo que deba quedarse se quedará. Lo que dejó de ser útil se irá. ¿Y cómo sabes esto? No lo sabes. Es un riesgo, es un juego de azar.

Paul Lowe.

Marcela Paz.
Santiago - Chile.