miércoles, 24 de noviembre de 2010

"El Bien Superior Más Allá del Bien y del Mal. El Final del Drama de su Vida". Eckhart Tolle.



- ¿Hay diferencia entre la felicidad y la paz interior?

Sí. La felicidad depende de las condiciones que se perciben como positivas. La paz interior, no.

- ¿No es posible atraer sólo condiciones positivas a nuestra vida? Si nuestra actitud y nuestro pensamiento son sólo positivos, manifestaríamos sólo eventos y situaciones positivos ¿cierto?

¿Sabe usted verdaderamente lo que es positivo y negativo? ¿Tiene el cuadro general? Ha habido muchas personas para quienes la limitación, el fracaso, la pérdida, la enfermedad o el dolor en cualquier forma se convirtieron en sus mayores maestros. Aprendieron a abandonar las falsas imágenes de sí mismos y las metas y deseos superficiales dictados por el ego. Obtuvieron profundidad, humildad y compasión. Se hicieron más reales.

Siempre que le ocurre algo negativo, hay una profunda lección escondida en ello, aunque usted no pueda verla en el momento. Incluso una enfermedad breve o un accidente puede mostrarle lo que es real e irreal en su vida, lo que en últimas importa y lo que no.

Vistas desde una perspectiva más alta, las condiciones son siempre positivas. Para ser más preciso: no son ni positivas ni negativas. Son como son. Y cuando usted vive en una aceptación completa de lo que es -que es la única forma cuerda de vivir- no hay "bueno" ni "malo" en su vida. Sólo hay un bien superior, que incluye el "mal". Visto desde la perspectiva de la mente, sin embargo, hay bien y mal, gusto y disgusto, amor y odio. Por eso en el Libro del Génesis, se dice que Adán y Eva no pudieron seguir viviendo en el "paraíso" cuando "comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal".

- Eso me suena a negación y autoengaño. Cuando algo terrible me ocurre a mí o a alguien cercano a mí -accidente, enfermedad, dolor o alguna muerte- puedo aparentar que no es malo, pero el hecho demuestra que es malo, ¿así que por qué negarlo?

Usted no está aparentando nada. Está permitiendo que sea como es, eso es todo. Ese "permitir ser" lo lleva más allá de la mente con sus patrones, de resistencia que crean las polaridades positiva y negativa.
Es un aspecto esencial del perdón. El perdón del presente es incluso más importante que el perdón del pasado. Si usted perdona cada momento -le permite que sea como es- no habrá acumulación de resentimiento que necesita ser perdonado más adelante en algún momento.

Recuerde que no estamos hablando de felicidad aquí. Por ejemplo, cuando acaba de morir un ser amado o cuando siente que su propia muerte se aproxima, usted no puede ser feliz. Es imposible. Pero puede estar en paz. Puede haber tristeza y lágrimas, pero en caso de que haya abandonado la resistencia, bajo la tristeza usted sentirá una profunda serenidad, una quietud, una presencia sagrada. Esa es la emanación del Ser, esa es la paz interior, el bien que no tiene contrario.

- ¿Y si es una situación en la que puedo hacer algo? ¿Cómo puedo permitirle ser y cambiarla al mismo tiempo?

Haga lo que tiene que hacer. Mientras tanto acepte lo que es. Puesto que mente y resistencia son sinónimos, la aceptación lo libera inmediatamente del dominio de su mente y así lo vuelve a conectar con el Ser. Como resultado, las motivaciones habituales del ego para "actuar" -el miedo, la codicia, el control, la defensa o alimentación del falso sentido de sí mismo- dejarán de operar. Ahora está al mando una inteligencia mucho mayor que la mente, y por lo tanto fluirá en su actuación una calidad diferente de conciencia.

"Acepta lo que venga tejido en el diseño de tu destino porque, ¿qué podría acomodarse más adecuadamente a tus necesidades?" Esto fue escrito hace dos mil años por Marco Aurelio, uno de esos seres humanos extraordinariamente escasos que tuvieron el poder mundano al mismo tiempo que la sabiduría.

Parece que la mayoría de las personas necesita experimentar mucho sufrimiento antes de abandonar la resistencia y aceptar, antes de perdonar. En cuanto lo hacen, ocurre uno de los mayores milagros: el despertar de la conciencia del Ser a través de lo que parece ser el mal, la transmutación del sufrimiento en paz interior. El efecto final de todo el mal y el sufrimiento que hay en el mundo consistirá en que los seres humanos se darán cuenta de quiénes son más allá del nombre y la forma. Así, lo que percibimos como mal desde nuestra limitada perspectiva es en realidad parte del bien superior que no tiene contrario. Esto, sin embargo, no se hace verdad para usted sino por medio del perdón. Hasta que eso ocurra, el mal no habrá sido redimido y por lo tanto seguirá siendo mal.

Por medio del perdón, que esencialmente consiste en reconocer la insustancialidad del pasado y permitir al momento presente ser como es, el milagro de la transformación ocurre no sólo interiormente sino exteriormente. Surge un espacio silencioso de intensa presencia en usted y a su alrededor. Cualquier persona o cosa que penetre en ese campo de conciencia será afectado por él, a veces visible e inmediatamente y otras veces en niveles más profundos con la aparición de cambios evidentes después.

Usted disuelve la discordia, cura el dolor, disipa la inconsciencia -sin hacer nada-, simplemente siendo y manteniendo esa frecuencia de intensa presencia.

EL FINAL DEL DRAMA DE SU VIDA.

- En ese estado de aceptación y de paz interior, aunque no pueda llamarse "mal", ¿podría llegar algo a la vida de lo que se llama "mal" desde una perspectiva de conciencia ordinaria?

La mayoría de las llamadas cosas malas que ocurren en la vida de las personas se deben a la inconsciencia. Son creadas por uno mismo, o más bien creadas por el ego. A veces me refiero a esas cosas como "drama". Cuando usted es plenamente consciente, el drama ya no viene a su vida. Déjeme recordarle brevemente cómo opera el ego y cómo crea el drama.

El ego es la mente no observada que gobierna su vida cuando usted no está presente como la conciencia testigo, como el que observa. El ego se percibe a sí mismo como un fragmento separado en un universo hostil, sin conexión real interior con ningún otro ser, rodeado de otros egos que, o bien ve como una amenaza potencial o que intentará usar para sus propios fines. Los patrones básicos del ego están diseñados para combatir su propio miedo y su sensación de carencia, que están profundamente arraigados. Son la resistencia, el control, el poder, la codicia, la defensa, el ataque. Algunas de las estrategias del ego son extremadamente inteligentes, pero nunca resuelven verdaderamente ninguno de sus problemas, simplemente porque el ego mismo es el problema.

Cuando los egos se juntan, sea en las relaciones personales o en las organizaciones o instituciones, ocurren cosas "malas" tarde o temprano: drama de un tipo u otro, en forma de conflicto, problemas, luchas de poder, violencia física o emocional, etcétera. Esto incluye males colectivos tales como la guerra, el genocidio y la explotación, todos debidos a la inconsciencia masificada. Más aún, muchos tipos de enfermedades son causados por la resistencia continua del ego, que produce restricciones y bloqueos en el flujo de energía que circula por el cuerpo. Cuando usted se vuelve a conectar con el ser y no está ya dominado por su mente, deja de crear esas cosas. Ya no crea o participa en el drama.

Siempre que dos o más egos se juntan, sigue el drama de uno u otro tipo. Pero incluso si usted vive totalmente solo, puede crear su propio drama. Cuando usted siente pesar de usted mismo, hay drama. Cuando se siente culpable o ansioso, crea drama. Cuando permite que el pasado o el futuro oscurezcan el presente, usted está creando tiempo, tiempo psicológico, el material del que está hecho el drama. Siempre que usted no está honrando el momento presente permitiéndole ser, usted está creando drama.

La mayoría de las personas están enamoradas del drama particular de su vida. Su historia es su identidad. El ego gobierna su vida. Tienen todo su sentido de ser invertido en él. Incluso su búsqueda -habitualmente sin éxito- de una respuesta, de una solución o de curación forma parte de él. Lo que más temen y se resisten a aceptar es el fin de su drama. Mientras sean su mente, lo que más temen y a lo que más se resisten es a su despertar.

Cuando usted vive en una aceptación completa de lo que es, ese es el final de todo drama en su vida.

Nadie puede tener siquiera una discusión con usted, no importa cuánto lo intente. Usted no puede discutir con una persona completamente consciente. Una discusión implica identificación con su mente y una posición mental, así como resistencia y reacción a la posición de la otra persona.El resultado es que los polos opuestos se energizan mutuamente. Esa es la mecánica de la inconsciencia.

Usted puede todavía establecer su punto de vista clara y firmemente, pero no habrá fuerza reactiva tras ella, ni defensa o ataque. Por ello, no se convertirá en drama.

Cuando usted es completamente consciente, deja de estar en conflicto. "Nadie que está en unión consigo mismo puede siquiera concebir el conflicto", afirma Un Curso sobre Milagros. Esto se refiere no sólo al conflicto con las demás personas sino más fundamentalmente al conflicto consigo mismo, que cesa cuando ya no hay ningún choque entre las demandas y expectativas de su mente y lo que es.

Eckhart Tolle, "El Poder del Ahora".

Marcela Paz.
Santiago - Chile.