Ignoramos qué es el universo, ignoramos que hay en el interior de la Tierra, ignoramos lo que contiene nuestro inconsciente, ignoramos lo que hay después de la muerte, ignoramos qué es la vida.
Cuando decimos “¡Yo soy yo!” nos referimos a un “Yo” que desconocemos. Si no sabemos lo que es el Todo, ¿cómo vamos a saber lo que es una de sus partes? Nos acercamos a la verdad cuando, sin saber lo qué somos, decimos “Soy lo que soy”.
Sin embargo seguimos presos de una creencia, porque afirmamos que somos algo estable en una realidad que se deslisa como el agua de un río: no somos, estamos siendo.
“¿Estoy siendo lo que estoy siendo”? Imposible probarlo. Ignorando la naturaleza del universo y por ende la de nuestra propia naturaleza, no podemos afirmar que quien dice estar siendo lo que está siendo, es un ser real y no un sueño del Todo.
Pensamiento que intenta consolarnos: “Debo aceptar con humildad estar siendo lo que soy, sin tener en esta vida la capacidad de conocerme."