lunes, 20 de agosto de 2018

"La Luna".


Un viejo proverbio oriental dice que cuando el sabio señala la luna, 
el necio mira el dedo, pero el dedo y la luna pertenecen a dos mundos diferentes, 
a dos realidades distintas…
Alejandro Jodorowsky.

Islámica: Representa la medida del tiempo. La media luna representa la divinidad y la soberanía. Es el símbolo del Islam y una muestra clara es su representación en las banderas de todos los países islámicos. 

Africana: El tiempo y la muerte. Pero en algunas tribus la asocian con los arboles, y en otras significa una deidad masculina.

Amerindia: “La anciana que nunca muere” y “La doncella del agua”. Se relaciona con la palmera y el maíz en Sudamérica y en Norteamérica con un árbol. La luna llena se asemeja con la luz del Gran espíritu, y en algunas tribus representa un poder maligno.

Budista: Paz, serenidad, belleza. La luna llena y la nueva indican tiempos de fortaleza del poder espiritual. También es símbolo de unidad o del yo.

China: La esencia del principio femenino de la naturaleza, lo pasivo y transitorio pero también la inmortalidad.

Cristiana: La luna es la morada del arcángel Gabriel, la seguridad y pureza.

Egipcia: “La hacedora de la eternidad y la creadora de la duración eterna”. La media luna principalmente es la Reina del Cielo.

Esquimal: La luna es quien envía la nieve.

Hindú: La media luna representa al recién nacido impaciente por crecer.

Japonesa: La luna es de carácter masculino.

Maorí: La luna es el dios padre.

Oceánica: La luna es masculina y simboliza la eterna juventud.

Sumerio-semita: El dios masculino de la sabiduría y el medidor del tiempo.

Taoísta: La luna es la verdad absoluta y el ser sobrenatural.

Teutónica: La luna es el poder divino masculino.

Mirada astrológica: La Luna se mueve alrededor de la Tierra en una órbita elíptica a una distancia promedia de 380.000 km. Tiene un diametro de 1.738 km, un cuarto de la Tierra, y es, por lo tanto, sólo un diminuto grano de polvo en el universo. La múltiples caras de la Luna, constantemente en cambio, han fascinado al hombre desde siempre, y su ciclo de transformación ha sido fuente de innumerables leyendas, mitos y historias.

La Luna no tiene luz propia, sino refleja los rayos del Sol. Mientras que el Sol simboliza el principio masculino, la Luna simboliza el principio feminino. El Sol “transmite” energía, y la Luna la absorbe y asimila para luego abastecerla. El ciclo lunar dura en promedio unas 28 días y medio coincidiendo con el ciclo femenino; también influye en la marea de los mares, ya que el movimiento periódico y alternativo de ascenso y descenso de las aguas del mar se produce por la atracción del Sol y de la Luna.

En la mitología griega, las diosas de la Luna tienen caras muy distintas. Algunas son caprichosas, oscuras y crueles, mientras otras son serenas, nutrientes y afectuosas. Se llaman Artemisa, Hécate y Selene. Incluso a la virgen María se le pintó sobre una luna creciente.

Las diferentes fases de la lunación son significativas para la interpretación astrológica.

Las personas nacidas en el período de la Luna Nueva poseen una alta capacidad de concentración, ya que las energías se dirigen hacia el interior, pero también son particularmente subjetivas y emotivas.

La Luna Llena indica justo lo contrario: es un tiempo de crecimiento y de la extraversión; sus nativos destacan por su objetividad y conciencia clara.

En el horóscopo, la Luna, relacionada con el signo Cáncer, representa la subconsciencia, los sentimientos, la fertilidad, la energía creativa, el hogar, la madre y la receptividad a los estados de ánimo de otras personas

Imagen de aguilablancandina.com