viernes, 30 de septiembre de 2016

"Vínculos Líquidos". Paula Serrano.


"El resultado es la gran soledad que define a nuestros tiempos. 
Porque para llegar a hablar de sí mismo, en serio, para compartir dolores 
o preocupaciones complejas, se requiere tiempo compartido. 
La intimidad toma tiempo y necesita certeza de la atención y la cercanía...".











Así se ha llamado al tipo de vínculos que se establecen en la sociedad moderna. Describe esta denominación la transitoriedad de las relaciones. Lo sólido dura, lo líquido se va por uno u otro cauce hasta perderse.

La velocidad y la globalización, los trabajos que cambian, los divorcios que aumentan. Las grandes ciudades donde encontrarse son estresantes y es siempre mejor volver a su casita y a su camita que partir desde la pega a un lugar a encontrarse. Los fines de semana cargados de compromisos familiares y escolares no dejan tiempo ni ganas, a veces, para salir a ver a los amigos en la noche. Los viajes constantes en los trabajos globalizados, hacen que cuando se vuelve a la patria y a la casa, se quiera disfrutar lo que se ha construido y se quiere.

El resultado es que uno hace amigos en cada rincón donde le toca estar y no siempre puede mantenerlos. Las relaciones familiares, en Chile aún se cultivan con afán. Igual los hijos se van fuera, hay poco tiempo y todos están muy cansados. En ciudades pequeñas, en cambio, la familia aún mantiene vínculos sólidos.

Ojo, no tiene que ver con el amor, tiene que ver con el tiempo compartido. Los celulares y la tecnología en general ayudan a comunicarse en ausencia de tiempo físico, pero está comprobado que estar juntos, mirarse las caras al hablar, compartir silencios, ayuda a crear una intimidad distinta. Compartir experiencias es también muy importante para la formación de vínculos. Cuando hacemos cosas juntos, vivimos cosas juntos, de alguna manera hacemos equipo y nos conocemos no solo a través de las palabras, sino de vernos actuar.

El resultado es la gran soledad que define a nuestros tiempos. Porque para llegar a hablar de sí mismo, en serio, para compartir dolores o preocupaciones complejas, se requiere tiempo compartido. La intimidad toma tiempo y necesita certeza de la atención y la cercanía del otro. Y eso es cada vez más difícil.

Escribir puede ayudar. Los mails pueden ser una instancia de hablar con otro sin restricción, sin apuro, sin vergüenza. Dicen que la soledad, que es inherente a la condición humana, requiere que alguien me conozca para hacerse más liviana.

El aumento del dolor psíquico está muy asociado a la soledad de nuestros tiempos. Busquemos espacios, tengamos algún buen amigo, encontremos alguien en quien confiar. Es la mejor inversión para estar sano.

Paula Serrano.
Imagen de taringa.net