A veces lo que buscabas,
ya estaba en ti.
No llegamos con fuegos
artificiales ni respuestas.
Llegamos al fin…
de nosotros mismos.
No a lograr, sino a descubrirnos.
Bajamos la guardia, soltamos
las ideas que nos vendieron:
“cómo sanar,
cómo despertar,
cómo deberíamos ser”.
Aquí no hay mapa,
ni método, ni mantra.
Solo la respiración y,
otras veces, un silencio
que lo dice todo.
Porque muchas veces,
lo que buscamos fuera,
ya nos habita por dentro.
No hay que actuar.
No hay que brillar.
Solo estar.
Y en esa entrega sin meta,
aparece lo más íntimo:
el susurro de estar vivos.
No para ser salvados.
No para iluminarnos.
Solo para recordar
lo que nunca se perdió.
Resiliencia Romántica
www.instagram.com
Imagen de depositphotos.com