Para ello:
Practica el silencio activo:
Silencio lleno de presencia,
sólo respirar.
Convierte tus acciones cotidianas
en ceremonia.
Cuida lo que alimenta tu mente.
Habla menos
y desde más profundo.
Actúa como si ya supieras quién eres.
Recordar nace de la vibración.
Imagen de depositphotos.com