Lo principal es que el cambio solo puede pasar dentro de ti. No hay que esperar que otras personas también cambien, o esperar, o 
decir: “no puedo cambiar a no ser que una persona cercana a mí también 
cambie”. Lo importante es responsabilizarte de tu propio estado de 
consciencia y permitirle a las otras personas (especialmente las 
cercanas a ti) que estén donde están,  y no exigirles algo que está 
pasando en tu interior,  debido a que, tú estás empezando a cambiar, (es
 decir),  no exigir que otros deban cambiar también. El cambio no 
aparece en otros intentando que cambien.  
 La forma más potente 
de producir un cambio en los demás no es intentando producir un cambio 
en el otro, sino aceptar al otro completamente tal como él o ella es. 
Eso es absolutamente vital, le das a la otra persona completa 
aceptación. 
 Parte de ese cambio que está ocurriendo en nosotros,
 es que nos salimos de la mente crítica que continuamente juzga al otro.
 Nos salimos de eso y somos capaces de aceptar simplemente, a la pareja,
 al amigo cercano, a un miembro de la familia, a un pariente. Ahí es 
donde están (ellos) ahora mismo, todavía están yendo a través de sus 
viejos patrones de conducta. Lo que ha cambiado es que, tu ya no estas 
resistiéndote a sus patrones y reaccionando a ellos y mediante la 
reacción, reforzando sus patrones. Ya no tomas parte en ese juego (…)
 No confundir lo que observas, el comportamiento que la gente 
manifiesta, eso no es lo que son y esa es una distinción vital, porque 
si confundes eso con quien son (en realidad), entonces perpetúas ese 
tipo de comportamiento y no funcionará. La aceptación es vital.
Imagen de el Puente colgante Carrick-a-Rede Rope Bridge, Irlanda.
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