"Dejo definitivamente el hábito de hablar de otras personas,
es mi estado interior el que se afecta cuando lo hago.
A través de mis labios sólo emanan sonidos de dulzura y alegría,
sonidos que provocan en los demás ansias de crecer y mejorar.
Mi mente y mi corazón se limpian
y mi relación con el Padre -Gran Espíritu-
se hace más profunda y poderosa".
Firmes,
Brahma Kumaris.
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