Forzándose demasiado a si misma, 
llega a romper sus conexiones. 
Permaneciendo demasiado ocupada, 
no tiene tiempo.
Haciendo para los demás, 
se descuida a si misma.
Definiéndose solo a través de los demás,
pierde su propia definición.
La Mujer Sabia, 
riega primero su propio jardín.
Del Tao de las Mujeres.
Imagen: T. Coon. 

