“Cuando una persona se carga sobre las espaldas las pruebas o circunstancias que le corresponde superar a otra, se le complace y no se le ayuda, ya que impides que se ponga a prueba sus capacidades, contribuyendo a su estancamiento espiritual. La auténtica ayuda consistiría en apoyar y alentar a la persona para que resuelva ella misma sus pruebas o circunstancias, y así pueda avanzar”.
Vicent Guillem, en “Las Leyes Espirituales".
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-Maestro, esto es lo que creo: ¡Debo ayudar al prójimo!.
-Eres muy solícito con el prójimo. Pero yo te digo que tu amor al prójimo es tu falta de amor a ti mismo.
-¿Me está diciendo que no debo ayudar al prójimo?
-Primero ayúdate tú. Cuando lo consigas obtendrás una luz que iluminará a los viven en la oscuridad. La mejor ayuda es la que das sin proponértelo.
Alejandro Jodorowsky, extracto de la conversación con el maestro 30.
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Una Cosa Es Ayudar Y Otra Obligar A Recibir.
Dice Jodorowsky que cuando tratamos de ayudar, podemos hacer daño al obligar a otro a recibir algo que no nos pidió. Cuando queremos demostrar lo buenos que somos “curando”, podemos causar mucho daño.
¿Hay alguna historia que nos sirva de ejemplo?.
El médico tan bueno que era capaz de encontrar un problema en cualquier paciente, aunque este no lo tuviera…
¡Que absurdo!
Debemos recordar que la persona que insiste en darnos un consejo, se lo está dando a si misma. Si buscamos un consejo, la elección del “consejero” requiere una atención rigurosa.
¿Y cuando tenemos miedo de tomar consciencia de nuestros propios problemas?
Cuando tenemos miedo a trabajar sobre nosotros mismos, nos mentimos, nos inventamos creencias, sentimientos, deseos y aspiraciones.
Del libro de Alejandro Jodorowsky: Cabaret Místico.
