Ahora mismo hay una increíble energía positiva a nuestra disposición.
Venus está exaltada transitando por el signo de los océanos infinitos y de la consciencia expandida desde el 27 de enero al 20 de febrero. Sus cualidades no tienen obstáculos al alejarse ya definitivamente de las garras de Saturno en Acuario. Se dulcifica y vuelve cada vez más profunda y psíquica al acercarse a Neptuno también poderoso en el signo de los peces. Musical, fluida, artística y hechizante danza Afrodita encima de las espumas de las olas del mar.
En el pirineo aragonés hay leyendas sobre unos seres mágicos que se llaman Encantarias y estoy convencida que son hermanas de esta Venus. Se dice que crean ilusiones, mientras emergen seductoras de los lagos de la montaña, nos conectan con otros reinos de la existencia, despiertan la magia y nuevas dimensiones del ser aunque alguna vez, tristemente, te atrapan, te arrastran al fondo del ibon o te obligan a vivir siempre atado a ellas. Solo aparecen en momentos especiales del año y ante los puros de corazón, los caminantes dignos de sus encantamientos y regalos, y abiertos a su misterioso reino.
Ahora mismo no hace falta adentrarnos en un paisaje lunar de las altas montañas. Si queremos, encontraremos a la Hechicera y toda su creatividad en nuestra propia vida. Donde sea que estemos, es el momento para abrir nuestro corazón a los encantos de Venus en Piscis.
Si le hablamos o le hacemos un pequeño altar con ofrendas y regalos, puede convertirse en fuente de nuestra intuición e inspiración. Creamos belleza al hablar, escribir, respirar, cualquier arte que sea nuestro, y se lo ofrecemos, sin dudar. Creamos belleza para el mundo y la Encantaria nos dará su amor…sin ahogarnos.
Si queremos mejorar nuestras relaciones, con otros y nosotros mismos, nuestra economía y creatividad es el momento. Con el tránsito de Venus en Piscis, aunque no tengamos planetas natales en el signo, podremos conectar con sus energías. Se benefician especialmente los asuntos de la casa astrológica de nuestra carta natal por la que transita y los planetas natales que contacta por aspectos. Nos puede aportar armonía, paz, suavidad y mejoría general con los temas simbolizados por la casa.
Si prestamos atención a esta fuerza planetaria, es decir Venus en Piscis, el tránsito nos beneficiará más. Es parecido a cuando hacemos ejercicio físico y fijamos la atención conscientemente en el músculo que estamos trabajando; de este modo ayudamos a que se desarrolle mejor.
Aprovechad el tránsito para cultivar las cualidades de Venus,
ser más afortunados y felices.
Un abrazo gigantesco y cariños,
© Margit Glassel