El ego espiritual tiene muchas caras. En algunas personas se manifiesta como «autoexigencia», la cual los lleva a obsesionarse por la perfección en este ámbito. De pronto se sienten mejores por no ver la televisión. Por haber leído El poder del ahora, de Eckhart Tolle. Por no seguir el fútbol. Y en definitiva, por haber renunciado y trascendido lo mundano… A su vez, empiezan a perturbarse porque no deberían de perturbarse. Sin embargo, tienden a juzgar a los demás en función de su nivel de consciencia. Y a tratar de reformarlos para que vivan más despiertos.
En otras personas el ego espiritual potencia su «orgullo», haciéndoles creer que no tienen nada más que aprender. Y que ya han llegado a la cima de la iluminación. Al mirar a los demás desde arriba, sienten pena y lástima por los menos evolucionados. De ahí que no puedan evitar darles consejos. A otros les ensalza su «vanidad», fardando y presumiendo de lo evolucionados que están. Hacen que todo el mundo se entere de que han realizado según qué retiros con según qué gurús; a poder ser en algún ashram en la India. También cogen el megáfono para resaltar que son veganos, que meditan todos los días y que van en bicicleta a todas partes. De este modo, utilizan la espiritualidad para adornar su personalidad.
El ego espiritual también provoca que en algunos buscadores se exalte el «egocentrismo», perdiéndose dentro de sí mismos y volviéndose adictos a la búsqueda. Es entonces cuando rechazan a personas mundanas y superficiales por su falta de profundidad y consciencia. Y en caso de interactuar con ellas, enseguida les hablan sobre desarrollo espiritual aunque no estén interesadas. A otros les maximiza su «racionalismo», confundiendo la sabiduría con el consumo y la acumulación de conocimiento. A su vez, también creen equivocadamente que el desapego es lo mismo que la indiferencia, la cual emplean como escudo para evitar sentir sus emociones. De hecho, utilizan la meditación para aislarse del mundo.
Fragmento del libro
"Las casualidades no existen. Espiritualidad para escépticos".
Imagen de www.verbub.com