He recibido varios correos preguntado mi opinión sobre las elecciones del E.U. y aunado al temor colectivo que veo, me he impulsado a escribir sobre el tema. Y aunque el foco de nuestra atención ha estado en las elecciones, te diré que ahí no está lo importante, que es necesario cambiar la mirada hacia otros puntos.
El mundo de la tercera dimensión ha estado regido por cientos de años a través de la energía del control y poder, algo similar a la energía del tercer chakra. Es lo que hemos llamado energía masculina por ser una energía del plano mental. Estas bases son las que construyeron lo que conocimos como la "Era de Piscis". Por supuesto, el juego de la política, la economía y en sí, el sistema que ha sustentado al mundo, tal y como lo conocemos, ha nacido y crecido bajo esta forma. Lo mental predomina, pero también la ambición, el control, el poder y el egoísmo son la materia prima, bajo el aspecto de sombra.
En los últimos años, la humanidad ha seguido un proceso de evolución que apunta a un cambio de Era, finaliza la Era de Piscis para dar entrada a la Era de Acuario, la cuál está regida por bases diferentes, es la Era del amor (similar al cuarto chakra) y por esta razón la definimos como una energía femenina, dándole paso al servicio. Si la Era de Pisicis cumplía intereses particulares, en la Era de Acuario se cumplen intereses colectivos.
Ya no estamos en el puente del cambio, ya estamos totalmente inmersos en el, pero entonces ¿porque parece que el sistema de control y poder no finaliza ni se derrumba como pensamos que sucedería?.
En realidad, no se trata de disolver ni de hacer desaparecer la bases del sistema de tercera dimensión. El proceso evolutivo nos lleva a abrir nuevos portales que apunten a una nueva vibración, es decir, compartir el mismo planeta pero dependiendo de la frecuencia vibratoria de cada quien, se habitará el plano que corresponda, ya sea la tercera o la cuarta dimensión. Ambas formas co-habitan en este momento. Cada persona elige el lugar que quiere habitar decidiendo día a día sus propios caminos según sus formas de pensamiento, sentimiento o acción que representan en realidad, su frecuencia de vibración. No es lo que se aparenta por fuera sino lo que se vibra por dentro.
Desde este punto de vista, todos verán el triunfo de Trump porque se habita el mismo planeta, pero no todos se verán afectados con este gobierno en la misma proporción, incluso algunos, no se verán afectados en lo absoluto simplemente por no habitar en la misma línea de frecuencia.
Pero el aprendizaje va mucho más allá, recordemos que parte fundamental de la experiencia en el mundo de la tercera dimensión es la dualidad, el bien y el mal co-habitando el mismo espacio. No podemos etiquetar a Trump de "bueno o malo" pero si podemos captar que nos proyecta un aspecto de la sombra donde se muestran el odio, racismo, agresividad o misoginia en niveles realmente notables, como proyección, es imposible de ocultar ¡se encuentra en el centro del mundo en este momento! Y nos proyecta la sombra de millones de habitantes del planeta que se rigen abiertamente bajo estas mismas formas pero también nos muestran aquellas áreas ocultas de quienes niegan estos aspectos en si mismos y los mantienen enmascarados o reprimidos. Más que juzgar, nos obliga a vernos a nosotros mismos, más que temer, nos obliga a sacar lo mejor de nuestros propios recursos internos.
El tema impulsa a buscar nuestro propio camino, identidad e independencia. Vivir en este planeta, compartir nuestro espacio pero sabiendo que podemos jugar un juego diferente, con otras reglas y dejar a los otros que sigan su juego, porque no está en nuestras manos cambiarlo, intentarlo es entrar en una batalla perdida porque estamos hechos de materia diferente. El mundo de la tercera dimensión es un mundo de la fuerza física, mientras que el mundo de cuarta dimensión es el mundo de la fuerza espiritual. No es posible defender con el cuerpo, lo que se debe defender con el espíritu.
Sobre el 11:11
El 11:11 es mucho más que un número maestro o una fecha. Para muchos, el 11:11 representa un número místico, algo parecido a un detonador de consciencia, una especie de despertar. Y si, es todo esto, pero hay algo más profundo dentro del mensaje del 11:11 y el mensaje puede reducirse a: ENFOQUE.
¿Ves de manera casual el 11:11 en tu reloj o algo parecido? Tal vez el mensaje es: "Enfócate en lo importante". ¿Puedes ubicar exactamente qué idea, pensamiento o intención pasaban por ti al ver el 11.11? Imagina que al ver el 11:11 pensabas en dejar tu actual empleo para iniciar un nuevo negocio más afín a lo que eres actualmente o con más posibilidades de remuneración y justo en esto ves en tu reloj el 11:11, el mensaje es: "Hazlo... enfócate en ello, no te distraigas con lo no importante".
Deja de nutrir lo que no es importante y nutre lo verdaderamente trascendente. Deja de nutrir el miedo en las elecciones y enfócate en tu vida. Deja de nutrir el temor a la carencia económica y enfócate en tu poder creador. Deja de nutrir la dependencia y enfócate en tu independencia.
El poder creador del mundo de cuarta dimensión, está en el espíritu en conjunción con los planos emocional, mental y energético, dejemos al César lo que es del César y tomemos lo nuestro, no sigamos perdiendo energía en lugares equivocados. ¿Por qué la necesidad de que otros gobiernen nuestra vida? Cambia el enfoque, gobiérnate a ti mismo.
Harumi Puertos
Especialista en Terapias Alternativas, Cambios Planetarios
y Facilitadora en el Crecimiento Espiritual.
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