jueves, 24 de noviembre de 2011
"Neurosis de Fracaso".
Alejandro Jodorowsky: He recibido muchas preguntas de personas que padecen el problema de comenzar cosas sin poder nunca terminarlas. También hay otras que tienen multitud de planes e ideas por realizar, pero los embarga la desidia y nunca comienzan. Aquí, en Plano Creativo encontrarán una descripción de lo que les sucede y su posible soluciòn. Busquen el tema “Neurosis de fracaso” o bien en mi libro “Manual de Psicomagia”. Cuando yo era joven, sufría de esta neurosis, no pudiendo terminar lo poco que lograba comenzar. Hasta que un día me sucedió algo, la mayor humillación que he sufrido en mi vida, que me curó este problema haciendo que siempre terminara lo que habìa comenzado. Con una gran vergüenza, les voy a contar lo que me pasó:
En Santiago de Chile, cuando yo tenía 18 años, a lo único que quería dedicarme era a la poesía. Una noche de invierno acompañé a un amigo de mi misma edad, el poeta Enrique Lihn, que estabademasiado ebrio, a su casa.Vivía en un barrio apartado, oscuro, de calles estrechas. Una gran avenida, que por humorada del destino se llamaba Providencia, extendía su ancho lomo a unas cuadras de ahí. Le entregué el poeta a su madre, me despedí de ellos y emprendí el regreso. Vi aproximarse, por mi vereda, a tres individuos de mala catadura. Instintivamente cambié de lado. Ellos, al ver el movimiento defensivo, se abrieron en abanico. Uno sacó una macana, el otro un cuchillo y el tercero una pistola. ¡Me puse a correr! “¡Párate, maricón!”, gritaron. Lancé un pedido de auxilio que sonó como chillido de puerco en el matadero. ¡Ninguna ventana se abrió! Ahí iba yo, el ex inmortal, al borde del abismo bajo el indiferente firmamento, galopando por una calle-cementerio donde puertas selladas defendían mausoleos, dejando en mis pantalones la huella fecal del miedo… Con la dignidad pulverizada, deposité mis esperanzas en llegar a la avenida Providencia. ¡A veinte metros de ella vi que estaba oscura: una pana de corriente! Y entonces, vencido, entregado, me detuve y esperé a los bandidos. ¡Llegaron y de un puñetazo en el estómago me lanzaron a tierra! Con calma agónica les rogué que no me mataran, que se llevaran todo, porque yo era un poeta. Me pidieron la billetera, que guardaba sólo un escuálido billete; observaron mis papeles de estudiante, saludaron y se fueron diciendo que eran policìas y que me habían confundido con un ladrón. “¡Para otra vez no corra, porque se hace sospechoso!”. Adolorido en cuerpo y alma, llegué a la avenida: ¡Ahí, a la vuelta de la esquina, había veinte personas jugando cartas en un café! ¡Con unos cuantos pasos hubiera estado a salvo! ¡Si fueran asaltantes podían haberme matado, por entregarme como una res!
¡En ese mismo instante juré que siempre mantendría mis esfuerzos hasta que no me quedara una gota de energía y que nunca abandonaría una obra empezada hasta no haberla terminado!.
Neurosis de fracaso:
Alejandro Jodorowsky habla de cinco factores que pueden provocar neurosis de fracaso:
“Me di cuenta de la gigantesca neurosis que Freud proyectó sobre el mundo. Edificó el mundo sobre la base de su neurosis. Porque el ser humano es bueno, y si después sufre y mata, es precisamente por ser bueno”
Nacemos con un potencial enorme para realizarnos en todos los campos posibles, intelectual, emocional, creativo-sexual y material, se lucha cada día por alcanzar la satisfacción y el éxito, pero parece que a veces se está condenado al fracaso. Esta loca “condena” es a lo que llamamos “Neurosis de fracaso”. Uno no logra vivir de su arte, o ser padre o madre, o tener placer sexual, o un trabajo digno, o publicar su novela, o ser feliz con su pareja, o prosperar en un negocio; en realidad, uno cumple una especie de castigo, carga con una culpa por algo lo que los padres le han trasmitido a través de mensajes más o menos sutiles.
Hay neurosis de fracaso que se manifiestan en “casualidades”. “Qué casualidad, cuando tenía el último examen para graduarme, me sucedió el accidente”, o “justo cuando el negocio marchaba bien, me robaron”…
Hay numerosas culpas que arrastramos y nos impiden triunfar. La neurosis de fracaso tiene su raíz en la locura de nuestros padres. Son estos:
-La primera es ser “fundamentalmente malo”
(Frase: En realidad habrías tenido que ser otro u otra para tener derecho a vivir)
La primera culpabilidad es ser “fundamentalmente malo”, “he frustrado a mis padres” y por eso no me merezco nada.
-Deberías de haber nacido de otro sexo…con otra identidad.
-No eres gentil, eres perezoso, me decepcionaste..
-Los que son lentos, tienen hijos hiperactivos a los que tienen que gritar: “¡Calma, calma!” Y los que son rápidos tienen hijos lentos y les gritan: “¡Muévete!” Si no eres igual, eres malo.
-Te esperábamos rubio y con ojos azules y mira…
-No eres tan inteligente como esperábamos…
-La segunda es ser una carga.
(Frase: Por tu culpa no he podido)
La segunda culpa consiste en “ser un obstáculo”, “ellos no lo han conseguido por mi culpa, por lo tanto yo tampoco lo conseguiré.
-Por ti dejé de hacer esto
-Me puse a trabajar por tu causa
-Fuiste una cruz para mí
-Me divorcié por tu bien
-Sacrifiqué mi vida por ti.
-La tercera consiste en haber traicionado.
(Frase: No cumpliste mi destino)
La tercera culpa consiste en “no cumplir la misión impuesta”. “Si no cumplo tu destino, no cumplo ninguno”.
-Somos católicos y tú te hiciste budista o te casaste con una africana que hacía vudú
-Somos de la extrema izquierda y tú de la ultraderecha
-Somos carniceros, ¿y tú quieres ser artista?
-¿Cómo puedes hacer pareja con esa persona?
-Todos somos de este partido político, ¡y tú me sales con esas!
-Nadie en nuestra familia ha tenido esas creencias religiosas tan raras como las que tú tienes
-La cuarta es irse.
(Frase: Sin ti no puedo)
La cuarta culpa consiste en “si te vas, todo lo que me pase será culpa tuya, por no quedarte”. “No puedo hacer mi vida, debo hacer la que mis padres quieren, si me voy me caerá el peso de la culpa de lo que les suceda”.
-Te fuiste de la casa, hace tres generaciones que estamos encerrados aquí.
-Cuando no puedes irte al mundo, traes el mundo falso a tu casa. Si no consigues marcharte de una casa de encierro, ella va devorándote, al tiempo y que la familia va devorando a quien le pertenece.
-Un hombre es salchichero y cuando tiene un hijo lo hace salchichero, y éste tiene un hijo que hace salchichas, y si el cuarto hijo escribe poemas lo hace con infinita culpabilidad; además, esos poemas serán salchichas frustradas.
-Es el traidor, una catástrofe.
-Nos abandonas ahora que te necesitamos
-Tú no puedes independizarte
-Ese lugar al que te vas a vivir no te conviene
-No eres nadie para dejarnos de esta manera
-Tú lugar está aquí, cerca de nosotros
Sin embargo es bueno saber que no estamos en esta vida para hacernos cargo de lo que quieren los otros…
- La quinta consiste en superarlos.
(Frase: Si yo no puedo, tú no puedes)
La quinta culpa consiste en “si ellos no lo lograron, yo tampoco”. “Si lo logro, caerá sobre mi la culpa de tener lo que no me pertenece”.
-Si yo no puedo ganar dinero tu tampoco puedes
- Es un agotamiento del árbol.
-No nos realizamos para mantener el contrapeso del árbol.
-No hay buena relación en la pareja de los padres, por tanto en la de los hijos tampoco.
-Estamos insatisfechos sexualmente, tú también lo estarás.
-Quisimos estudiar y no pudimos, así que tú tampoco.
Para confrontar con los padres y superar la neurosis de fracaso, es recomendable elegir un lugar neutro, aceptar desde el principio que no pedimos que las personas cambien, la reparación se hace directamente al ser esencial de la otra persona, aceptar que esa persona te dará lo que tú le pides o no te lo dará; si ella no te lo da, el cosmos te lo dará. Para hacer la confrontación con personas que han muerto, lo podemos hacer en su tumba, y siempre acabar de forma positiva, por ejemplo, escribiendo con miel palabras de sanación.
En el encuentro confrontación se tratarán los siguientes puntos que prepararemos con anticipación:
1º-Esto es lo que me has hecho
2º-Esto es lo que sentí
3º-Esto es lo que produjo en mi vida
4º-Esto es lo que sigo padeciendo
5º-Esta es la REPARACIÓN que me debes.
Alejandro Jodorowsky.
Plano Creativo.
Expandiendo Nuestra Consciencia.