“Cuando nos comunicamos con alguien debemos establecer contacto con la edad que ese alguien tiene en el momento de la conversación, pero también debemos comunicarnos con su bebé. Porque cada uno de nosotros lleva, hasta la muerte, al niño pequeño que ha sido. De este modo, tenemos que comunicarnos aceptando todas las edades que posee la persona con quién conversamos. Un ser humano no se reduce a lo que emana de él en el momento en que está comunicándose con nosotros. Nos dirigimos a este momento pero aún más a su bebé, a su anciano y a todos las edades que existen entre estos polos”.
Alejandro Jodorowsky, en “Evangelios para sanar”.