En una ajetreada mañana de sábado, paró a tomar té y tostadas en una cafetería del barrio. Entre el barullo de voces mezcladas con el ruido de la máquina de café, la tragaperras y la televisión colgada en la pared como un cuadro agitado y escandaloso, escuchó una frase en la mesa de al lado que le hizo reflexionar:
“Más vale solo que mal acompañado”.
“Nunca se está solo”, pensó. “Los personajes que elegimos como acompañantes de vida, humanos, mascotas y amigos del Facebook, son proyecciones de nosotros mismos. Si son malas o buenas compañías, sólo son reflejo de lo que llevamos dentro”. Entonces le vino a la cabeza los dos personajes bigotudos que le esperaban en casa. “Analizaré que es lo que proyecto en los gatos, constantes camaradas en mi existencia…”, concluyó mientras se terminaba el desayuno.
Plano Creativo.