ADRIANA CONSULTA:
Querido Jodorowsky, tengo dos nacionalidades, argentina e italiana, me llamo Adriana y vivo entre Milán y Buenos Aires. Soy arquitecto y también me ocupo de arte. Mi tormento nace, crece y se alimenta, ya desde hace más de un año, debido a una historia que ha acabado. Puede parecer una trivialidad, pero desde que me ha dejado es como si mi mente se hubiera bloqueado. Aunque yo soy una persona bastante inteligente, racional e independiente, esta persona me ha trastornado… Tengo muchas ideas, proyectos para mi trabajo, tengo cierta ambición, y hasta que estuvimos juntos todo marchó, logré realizar mucho. Ahora, ya hace un año que no hago sino pensar en él, continuamente, y me parece tener la cabeza vacía, sin ideas. En mi cabeza sólo está él, 23 horas de 24. Se ha convertido en una imagen obsesiva, de la que no logro liberarme: es como un Zahir, para citar a J.L.Borges… Mil veces me impuse no volver a verle, pero nada, no lo logro, y aunque me haya lastimado mucho sigo estando vinculada a é, con el pretexto del trabajo. Debo admitir que desde que nos conocimos él me fascinó muchísimo. Yo tengo 28 años y él 42. Tuvimos una relación durante dos años- Todavía hoy tiene mucho poder sobre mí, siempre logra que las cosas giren en favor suyo. Me deja por otra persona, con la que puede ser que hasta se haya casado en los meses pasados. Dice de ella que es fea y boba, no está enamorado, pero sostiene que una persona como ella nunca le va a crear problemas … y dice que yo, en cambio, soy joven y bonita … Tiene mucho autocontrol, un gran ego. Él querría que siguiéramos siendo amigos. Lo intentaré en estos meses, pero puede que sea un error. Me quiere mucho, porque dice que soy la única persona que le ha dado realmente mucho, en términos afectivos. También creo que se ha sentido muy culpable por el mal que me ha hecho y por todas las mentiras que me contó… Ahora él pretende una amistad, hasta querría que conociera a su compañera (es claro, sin hacerle saber que tuvimos una relación)… Una parte de mi corazón querría resistir, y conformarse con esto, pero hay otra parte de mí que no puede más de llorar, de no dormir, de sufrir, también físicamente, de no conseguir estar con ningún otro hombre, de no ser ya la persona creativa y ambiciosa que fui… Otro gran problema es que todavía sentimos una fuerte atracción física el uno por el otro. Quiero volver a enamorarme, quiero volver a sentirme serena, para que todo vuelva a marchar bien, porque ahora el trabajo no anda bien… Total, ya le perdí, y no se puede volver atrás. Acaso sería mejor borrarlo todo… La primera magia que espero es que tú leas este mail; la segunda, que tú tengas ganas/tiempo de contestarme; la tercera, un consejo mágico tuyo, por favor.
ALEJANDO RESPONDE:
Muy querida Adriana, Eres víctima de tus sentimientos. Según Sigmund Freud, los recuerdos emocionales se organizan en el cerebro en forma de capas que corresponden a diversas edades. Sobre la capa fetal, se forma la capa infantil, sobre ella la adolescente, luego la mujer joven, la madura, la actual. A veces, una de las capas antiguas toma el lugar de la presente. Entonces la persona no vive en la realidad sino en el pasado. A esto Freud le llama “delirio”. Eso es lo que a ti te está sucediendo: no vives en el presente sino en la infancia… La niñita se enamora del padre o del hombre que la protege, sea un abuelo, un hermano, un tío o un padrastro… Esa imagen del poderoso adulto la fascina. Si por desgracia, el arquetipo paterno no cumple con su rol y abandona en cualquier forma a la pequeña, esta se fija en esa imagen y crece con un vacío de padre, que trata de llenar con hombres de más edad que ella. Cosa que a ti te ha sucedido. Has amalgamado el recuerdo de tu padre al de ese amante mayor que tú 14 años. Éste, tal como te sucedía de niña, en lugar de hacer de ti el centro de su vida, se entrega a otra mujer; a ella le da el amor y te desprecia. La desesperación que sientes, el peso terrible de su ausencia , no es por él, sino por tu padre, el que con toda seguridad en un momento de tu infancia, te falló. Para liberarte de tu delirio, debes hacer comprender a tu inconsciente que te está haciendo actuar como una niña que no ha realizado sus impulsos incestuosos… Te aconsejo este acto:
Consigue ropa de tu padre (si no la tienes, compra ropa usada, de hombre); fabrica con ella un muñeco, relleno de algodón, que sea el retrato de tu padre. Puedes pegarle en la cara una fotografía de él. Paséate tres días con el muñeco atado a tu espalda… Luego cita a tu ex-amante en un café que sea muy concurrido. Cuando llegue, primero bésalo intensamente, luego quítate el muñeco-padre de tu espalda y con él comienza a azotarle el pecho, gritándole: “¡Fuera de aquí, fantasma, regresa al pasado!” El hombre, sumido en ese escándalo, evidentemente sufrirá una gran vergüenza. Tú, azótale por último la cara con el muñeco, lánzaselo encima y vete de ahí sin mirar hacia atrás… Si haces esto, te liberarás de tu delirio.
Imagen:Katja Faith