Le llamaban Manolito y llegó a tener su propia gasolinera. Su padre, Don Manuel, era presidente de una importante refinería de petróleo.
Joselito, con cuarenta años, pasaba el fin de semana jugando al fútbol en la videoconsola y Sarita seguía a esa misma edad, llevando camisetas estampadas con Hello Kitty.
Con el título de graduados bajo el brazo, a Martita aún no le habían crecido los pechos y a Juanito no le bajaban los testículos.
Y es que si te disminuyen el nombre, disminuyen tus metas, tu crecimiento y… por supuesto tu sexualidad.
Imagen: Alcover
Plano Creativo.
Marcela Paz.
Chile.