miércoles, 15 de diciembre de 2010
"La Cárcel de Claudia y la llave de su Libertad" (Psicomagia).
Claudia dijo:
Tengo 44 años, trabajo el poder judicial, en Buenos Aires, soy la primera de tres hermanos, mi padre fue muy injusto conmigo, me pegaba porque me iba mal en el colegio y cuando era adolescente llegaba tarde de bailar o salir con amigas, era muy machista, mi madre, ama de casa, de caracter fuertes ambos, yo sali con muchisimos hombres, alrededor de mil, siempre fui muy sexy y me gustaba la conquista, que me desearan, tuve grandes amores, no he podido ser mamá, porque no me han querido, las veces que quede embarazada (3 veces), la primera vez fue a los 18con un noviecito que mis padres no querian, la segunda a los 24 con el que crei el amor de mi vida, y tuve una relacion de 4 años y la 3ª a los 26 con quien estuve dos años en pareja, tuve que abortar porque ninguno de mis tres novios no han querido tener ese hijo, y yo no me anime a tenerlo sola…esa es la verdad……..hoy ya se me paso la edad,,,y si bien estoy en pareja, nunca mas quedé embarazada…..en el trabajo tengo problemas, la mayoria de mis compañeros no me quieren, hablan mal de mi, no asciendo hace muchos años y apenas llego a fin de mes para cubrir los gastos; mi novio actual es mi compañero, es bueno y cariñoso, pero siempre tengo que ayudarlo yo, el cree que no es asi, pero estoy agotada, quiero liberarme de tantas cosas malas…quisiera estar contenta con quien soy, volver a ser alegre y estar contenta conmigo misma. Que me sugieres???? necesito una solucion. En este momento te escribo llorando…por favorrrrrr!!!!! Existe un acto de psicomagia que pudiera realizar para tener abundancia en todos los niveles????
Responde Alejandro Jodorowsky:
¡Ay, Claudia, tu vida parece un constante castigo! Me cuesta decirte algo que para mi técnica sanadora es muy importante, pero esperando que la confianza que me tienes impida que te encolerices, me atrevo a hacerlo: “Somos cómplices de todo lo que nos sucede”… ¡El dolor que sientes, esencialmente tú te lo haces! Dirás: “Eso no lo puedo aceptar! ¡Te escribo que estoy llorando! ¿Cómo me puedes decir que la causante de mis lágrimas soy yo misma? ¡No te entiendo, me pareces injusto!” Trataré de explicarte: Lo que sentimos en la infancia, queda grabado en nuestro inconsciente. Luego, al convertirnos en adulto, tenemos tendencia a hacernos lo que nos hicieron. Mujeres que tuvieron padres ausentes, se embarcan en amores con hombres que viven lejos; si fueron crueles con ellas, buscan situaciones donde las tratan cruelmente; si nadie las amó, se juntan con personas incapaces de amarlas, etc. A mí, mis padres nunca me compraron ropa que me gustara, dándome solo un traje; en cambio a mi hermana, la preferida, le tenían un armario lleno de bella ropa. Hoy en día no puedo (en el fondo no quiero) vestirme bien, tengo sólo un buen traje. En cambio, las mujeres que he amado siempre se han vestido con gran y abundante elegancia… A ti, en la infancia te criticaron, te pegaron, te trataron como si fueras un hombre. Te desvalorizaron por tener malas notas en el colegio, despreciando tu inteligencia, sin darse cuenta que un niño fracasa en sus estudios no solo por carencias intelectuales sino también porque tiene conflictos emocionales. Fuiste la primera: esos torturadores esperaban un hombre, los decepcionaste. Luego vinieron tres hermanos. Tu hogar fue de naturaleza esencialmente masculina, 4 hombres (3 hermanos y 1 padre) más una mujer marimacho que también te torturaba. Castigaron tu normal vida de muchacha. Te rebelaste, saliste con muchos hombres, “alrededor de mil”. Si tienes mil hombres no tiene un solo hombre. En cambio si tienes un hombre, tienes a los miles de hombres: eso es el amor. Como no te amaron cuando niña y te trataron como hombre, no aprendiste a amar. La feminidad habiéndote sido prohibida te hizo buscar hombres que no deseaban que fueras madre, es decir mujer fértil. Es extraño que hayas abortada tres veces: esos tres fetos expresan en cierto modo tu deseo de eliminar a tus tres hermanos. Todos te dejaron. Dices que ya no puedes tener hijos porque se te pasó la edad. ¿Con 44 años no se puede ser madre? Hay mujeres que pueden. ¿Y la inseminación artificial? … En verdad lo que sucede es que de ninguna manera has querido ser madre. Eso te lo han prohibido tus padres. Te has encontrado por fin un hombre bueno, cariñoso, pero que se comporta como si fuera tu mujer: tú eres la que debe protegerlo, haciendo esfuerzos viriles. Trabajas en el poder judicial. Trabajo en el que mayormente se trata de protección y castigos. Dices:”En el trabajo tengo problemas, la mayoria de mis compañeros no me quieren, hablan mal de mí, no asciendo hace muchos años y apenas llego a fin de mes para cubrir los gastos”. Se me hace evidente que no amas esa actividad, no te sientes dotada para ello, no soportas a compañeros que son semejantes a tu padre… En resumen: toda tu existencia has vivido castigada, no amada ni comprendida, obligada a no ser la mujer que eres, repitiendo la triste situación emocional de tu infancia. ¡Vives prisionera en un calabozo emocional! Me preguntas: ¿Existe un acto de psicomagia que pudiera realizar para tener abundancia en todos los niveles????”
Terminas tu pregunta con cuatro signos de interrogación (????). Tu inconsciente te está diciendo: ¡Tienes que salir del calabozo, darte la libertad en tus cuatro centro:
decidir ser libre intelectualmente (considerar que todas las ideas que tienen están equivocadas, no son las tuyas, son las de tus padres).
Ser libre emocionalmente (dejar de sumergirte en tu rol de no-amada y realizar que eres digna de todo el amor del universo).
Libre sexualmente (dejar de creer que no puedes crear, reconocer tu capacidad para construirte una nueva y feliz vida).
Y libertad material ( cesar de practicar un trabajo que te mantiene en la pobreza, sólo para castigarte y así seguir siendo la niña mala que conocen tus padres). Es decir que te conservas tal cual tus padres te fabricaron. No quieres decepcionarlos. Si te realizas en los cuatro planos, los pierdes a ellos: dejarán de reconocerte.
Te voy a dar un primer acto de psicomagia para que salgas de los límites de tu actual concepción de ti misma y puedas ser feliz:
Logra conseguir un permiso que te permita visitar una cárcel de mujeres una vez a la semana. Ubica a una condenada a muchos años de cárcel. En tu fuero interior, adóptala. Decide que ella te representa. Arréglate para que puedas en tu visita semanal llevarle una pequeña caja de chocolates y, si eso la alegra, un ramo de flores. Ofrécete darle de regalo cosas legales (no aceptes si te pide drogas o cosas prohibidas). Puedes darle revistas, libros, adornos, fotografías, ¡que sé yo!, lo que ella te pida y que le dé gusto. Agregarás también, a cada visita, el ofrecerle el billete de menor valor. (Aquí en Europa son 5 euros). Además de esto, tú por tu parte, tomarás clases de alfarería, donde aprenderás a fabricar con barro cocido toda clase de jarrones. Mientras modeles estas vasijas, inventarás en silencio canciones, que solo resonarán en el interior de tu cabeza. Te cambiarás de nombre y, aunque te parezca raro lo que te pido, comenzarás a usar en tu trabajo y en todas partes, largas pestañas postizas.
Estos cambios te permitirán cambiar tu vida, salir de tu cárcel mental, acercarte a la materia creativa, darle otro valor al dinero, respetarte, aceptar otra vez tu atractiva feminidad, desarrollar tu sensibilidad artística. Si haces esto, muy pronto te sentirás capaz de encontrar un trabajo que amarás… Mientras te estás entregando a estos cambios, cesa de hablar con tu familia: corta la relación con tus hermanos y tus padres. No los vuelvas a ver o escuchar antes de que estés trabajando y viviendo como te gusta.
Alejandro Jodorowsky.
El Arte de Sanar.
Fuente: Plano Creativo.
Marcela Paz.
Chile.
Expandiendo Nuestra Consciencia.